Planta de San Ciprián en Lugo

ERE en Alcoa: los sindicatos confían que la Justicia declare nulos este jueves los 500 despidos

El comité de Alcoa

Sigue la pugna laboral por la crisis del planta de Alcoa en Lugo, aunque los sindicatos confían en que se declaren nulos los despidos del Expediente de Regulación de Empleo (ERE).

El presidente del comité de empresa de la planta de Alcoa en San Ciprián, José Antonio Zan, baraja que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG) tumbe  este mismo jueves el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado por la multinacional: «Por suerte tenemos argumentos de sobra para que se declare nulo».

Concretamente, este 3 de diciembre el alto tribunal gallego tendrá que decidir si acepta los argumentos de la empresa para resolver favorablemente este ERE que afecta a más de 500 trabajadores o si, por el contrario, dicta la invalidación del mismo.

«Esperamos que se declare la nulidad y esperamos que esto abra una nueva vía y que Alcoa desista de sus intenciones de despedir a 1.000 personas y devolver una comarca a 1970, y se siente negociar con el Gobierno y la Xunta la salida a esta problemática», ha expresado Zan.

El presidente del comité de empresa deduce que el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Galicia «va a ser no solo determinante para el futuro de Alcoa, sino para el futuro de toda la Mariña lucense».

«Estamos en manos de unos jueces que van a tener que decidir sobre el futuro de toda la comarca. Por suerte tenemos argumentos de sobra para que se declare nulo el ERE y tenemos la razón porque en los últimos tres años tenemos el mejor precio de la energía», ha insistido el sindicalista de CC.OO.

Los sindicatos avisan: la planta «no tiene pérdidas»

En este contexto, Zan ha vuelto a puntualizar que la factoría de San Ciprián no presenta «pérdidas», lo cual echaría por tierra las intenciones de la dirección de la compañía americana.

«Ahora mismo no tiene pérdidas. En otros lugares del mundo están empezando a arrancar plantas. En Noruega han puesto a andar una fábrica que llevaba 10 años parada, con lo cual ahora mismo es una excusa bastante barata y una tontería», ha asegurado.

«Ahora mismo no tiene pérdidas. En otros lugares del mundo están empezando a arrancar plantas», dicen los sindicatos

Finalmente, el presidente del comité de empresa de San Ciprián ha afirmado, sin ningún género de duda, que «las plantas de aluminio y de alúmina son más que competitivas en un período de incertidumbre, y ahora mismo que el período es de bonanza todavía son más competitivas».

No parar plenamente la actividad

A principios de noviembre el Tribunal Superior de Justicia de Galicia dictó un auto en el que impedía a Alcoa que parara por completo su actividad. Exactamente pedía que se abstuviera de «llevar a cabo cualquier actuación dirigida a hacer efectiva la parada de las cubas» en la factoría de San Cibrao (Lugo), tal como solicitaban los sindicatos, aunque sí le permite seguir adelante con el ERE de 524 empleados que ha presentado.

La parada de las cubas de electrólisis, en las que se produce el aluminio, implica de facto el cierre de la planta puesto que, aunque sobre el papel luego se pueden reiniciar, en la práctica es un proceso muy complicado y costoso, y con alto riesgo de que se rajen las citadas cubas. Para los trabajadores de la planta gallega, supone la esperanza de que la planta no se cierre definitivamente y que puedan conservar sus empleos.

A mediados de noviembre, se produjo una reunión telemática sobre el futuro de la fábrica en el que la empresa reafirmó su posición contraria a la venta de la factoría a un inversor o a la sociedad estatal de participaciones industriales (SEPI).

Mantener abierta la fábrica genera un coste muy elevado, que la propia Alcoa cifró en un millón de euros a la semana. Si el Tribunal Superior de Justicia de Galicia tarda unos tres meses -estimación media- en resolver la previsible impugnación del ERE por parte de los sindicatos, eso implica 12 millones más de costes que se suman a las pérdidas de 38 millones de euros (45 millones de dólares) que la planta acumulaba hasta septiembre, según el mayor fabricante mundial de aluminio.

Por otro lado, a mediados de noviembre, se produjo una reunión telemática sobre el futuro de la fábrica en el que la empresa reafirmó su posición contraria a la venta de la factoría a un inversor o a la sociedad estatal de participaciones industriales (SEPI).

El comité de empresa de la planta había aprovechado para pedirle al Ejecutivo que «declare estratégica» la actividad en la planta de producción de aluminio primario y que «con esa declaración se inicie un expediente de expropiación o de intervención de la empresa».

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