El presidente de la patronal catalana dice que «Puigdemont es una persona razonable»

impuestos
Joaquim Gay de Montellà, presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo.

Al margen de José Luis Bonet y unos pocos valientes, José Manuel Lara ya falleció, pocos empresarios catalanes se atreven en público a denunciar al Gobierno de la Generalitat por lo que les pueda pasar. Durante un desayuno informativo en Madrid, Joaquín Gay de Montellá, presidente de la patronal catalana llegó a afirmar que conoce a Carles Puigdemont, el flamante molt honorable, desde su etapa de alcalde de Gerona pero que no se puede comparar su gestión, entendida en el más amplio sentido, al frente de esta ciudad con lo que supone comandar la comunidad autónoma catalana.

Dijo discretamente que le parece «una persona razonable» aunque ellos, como si fueran una cosa menor, no comparten la idea que tiene sobre la independencia. Tampoco le parece bien que se hable de un Gobierno de 18 meses pero se queda ahí. El encargado de las relaciones internacionales de la CEOE es más explícito cuando habla del Brexit y de cómo los ingleses convencieron a los escoceses para que permanecieran en el Reino Unido pues de otra forma deberían abandonar la pertenencia a la Unión Europea.

Preguntado directamente por OKDIARIO sobre si su patronal es independentista o no, fue incapaz de dar una respuesta contundente ante el asombro de un público lleno de emprendedores entre los que se encontraba el introductor del personaje, Manuel Pizarro. «Que de historia y de economía sabe un poco». Dijo que «comparten España», que «sin dialogo hay distancia» y que están «muy cómodos» perteneciendo a Europa, pero ni una sola palabra se le escuchó en contra del llamado procés o las penurias que para Cataluña supondría separarse de España.

Quiere que se reconozca a Cataluña como una nación dentro de España, advirtió en 2012 de que si no se reformaba el pacto fiscal la evolución tendería hacia posiciones más radicales y vino a decir que de haber una agencia tributaria catalana seguro que se gestionaban mejor los impuestos recaudados. Aunque, eso sí, como empresario sólo les entregaría el dinero si hay un consenso con el Estado para que sean las autoridades de aquella comunidad autónoma las que deban quedarse íntegramente con lo recaudado de los ciudadanos.

Con actitudes como la suya, no es difícil entender el gran auge que ha tomado en la región las favorables a la independencia pues o bien por convencimiento, o por miedo, no sé cual de las dos es más peligrosa, no cuentan con nadie dentro de la sociedad civil dispuesto a poner negro sobre blanco los riesgos que para Cataluña y por supuesto, para el resto de España supondría la pérdida del 20% del PIB español.

Mucho más locuaz estuvo a la hora de analizar la situación económica española. Pidió a los partidos políticos la rápida constitución de un gobierno estable y sensato que apueste por Europa y el desarrollo económico, evitando disparar los gastos e incrementar los impuestos. Un sinsentido en el contexto actual. Pide seguir profundizando en las reformas pues queda mucho por hacer aunque recordó que para gobernar a veces se hace sólo lo que se puede y no lo que se quiere ni lo que debe.

Por último, puso como ejemplo lo ocurrido en Cataluña sobre la eventualidad de que en el último momento alguien se sume al pacto suscrito entre PSOE y Ciudadanos y se acabe conformando un Gobierno para España.

Lo último en Economía

Últimas noticias