EMPLEO

Los economistas alertan: «La reducción de la jornada laboral afectará a los contratados a tiempo parcial»

Los expertos en Derecho laboral y macroeconomía recuerdan que para reducir la jornada laboral habría que incrementar la productividad

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Los economistas se unen al comunicado de los empresarios españoles en su crítica a la reducción de la jornada laboral.
Patricia Sanz
  • Patricia Sanz
  • Abogado, periodista y máster tributario de Garrigues. Antes, asesora fiscal por Luxemburgo y España, ahora, redactora jefe de Economía de OKDIARIO.

Economistas de reconocido prestigio denuncian que la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanas propuesta por PSOE y Sumar dañará gravemente a los trabajadores a tiempo parcial y a la productividad de la economía española en general, según aseguran a OKDIARIO. Los expertos en Derecho laboral y macroeconomía se significan así en la misma línea que el comunicado emitido el pasado martes de forma conjunta por las patronales de los empresarios (CEOE), las pequeñas empresas (Cepyme) y los autónomos (ATA).

José Luis Fernández Santillana, director del gabinete de estudios de la USO (Unión Sindical Obrera), recuerda que «casi la mitad de la gente está contratada a tiempo parcial», por lo que «la jornada media es muy inferior a las 37,5» horas semanales propuestas por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. «A los contratados a tiempo parcial, o les reducen jornada, que no lo harán, o les suben automáticamente el salario un 3,8% el primer año».

Fernández Santillana espera que esta medida no expulse a este tipo de trabajadores del mercado laboral pero apuntala que «el problema es que hay mucha gente con salarios bajos porque trabajan pocas horas: estamos trabajando menos horas que en el año 2008».

Ataque a la productividad

En este sentido, el prestigioso economista, Daniel Lacalle, recuerda que «ya tenemos un problema de baja productividad» y esa medida generará «menos» aún, pues «no tiene en cuenta para nada la realidad de la economía española, que es la realidad de un tejido empresarial», compuesto «fundamentalmente por microempresas». El también economista jefe de Tressis estima que la propuesta del presidente y la vicepresidente segunda en funciones es «lo de siempre: intervencionismo», pues proviene «de una gente que jamás ha creado una empresa, ni un puesto de trabajo».

Improvisada, electoralista y genérica

Enrique De la Villa, socio responsable del área laboral de Hogan Lovells, entiende que la reducción de la jornada laboral es una medida «improvisada» y «precipitada», «electoralista». El abogado laboralista cree que jurídicamente es viable, pero apuesta porque el camino correcto habría sido «la negociación de los agentes sociales», es decir; «las asociaciones empresariales y sindicatos» y no «una ministra de Trabajo en funciones que tanto se jacta de que todas sus medidas han sido llevadas al seno de la negociación». Además, De la Villa afirma que la medida es «completamente genérica», es decir; afecta a todas las empresas con independencia de su tamaño, pudiendo no ser de buena aceptación».

Los salarios disminuirán

Del otro lado, De la Villa entiende que la parte empleada recibirá muy bien «todo lo que sea mantener el nivel salarial y a su vez, trabajar algo menos», pues no cree que «haya ningún sindicato, ni ningún trabajador que lo cuestione». Si bien, evidentemente, tendrá sus consecuencias en los salarios pues, como traslada a este periódico Juan Iranzo, director de ArmadatA, «para mantener los salarios sin incrementar los costes, habría que incrementar la productividad exactamente en la misma proporción en unos meses», una variable que califica de «imposible», dado que «la productividad en España se está reduciendo desde los años 90».

El también ex director de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE) recuerda que asimismo se producirá «un incremento de los costes», a la par que «los márgenes empresariales se van a reducir». Por ende, «la competitividad de las empresas verá cómo se incrementa las importaciones de sus mismos productos, a la par de cómo se reducen las exportaciones, lo que generará un importante déficit de la balanza comercial». Eso sí, Iranzo insiste en que «se va a destruir el empleo, puesto que los costes laboral se van a incrementar significativamente», además de «favorecer la economía sumergida», y lanza una pregunta al Ejecutivo frankenstein: «¿Una vez más, es una propuesta de este gobierno o es que este proyecto de gobierno socialcomunista va en contra de los intereses generales?».

Pérdida de horas reales trabajadas

El economista José Ramón Riera califica de «locura» la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales: «En la actualidad, la contabilidad nacional nos dice que estamos trabajando una media de 31,9 horas reales. Si ahora bajamos de 40 a 37,5, se producirá una inmediata bajada de la productividad e ineficiencias: siendo más difícil bajar la inflación». Por ello, Riera propone una solución diametralmente opuesta: «Tenemos que plantear justo lo contrario: en lugar de trabajar 31,9 horas, volvamos al que teníamos antes de la pandemia, que era de 34 horas. Sólo por la pandemia perdimos casi 12 horas y algo de productividad» y «mira dónde estamos: en el crecimiento más ridículo de la historia del s.XXI».

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