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La difícil decisión de endeudarse

Deuda-Familias
Deuda púbica

Para iniciar un negocio es habitual que sea necesario endeudarse. La inversión inicial en acondicionar el espacio elegido o el importe para formalizar un traspaso difícilmente se disponen en forma de dinero líquido. Del mismo modo, una vez constituida la empresa, se tendrán que realizar inversiones para no perder el tren de la competitividad y evitar que la competencia pase por delante. Por lo tanto, en algún momento, habrá que asumir este riesgo.

Ante este contexto, es normal que aparezcan miedos y dudas.Por muchos estudios de mercado que se realicen, siempre existe la incertidumbre sobre el comportamiento futuro del mercado o de la propia compañía. Pero no solamente esto: cambios en regulaciones o exigencias técnicas, variaciones en las preferencias de los consumidores o simples imprevistos durante la producción pueden acarrear cambios en los ingresos y gastos previstos.

¿Qué tener en cuenta a la hora de endeudarse?

Antes de contraer una deuda, toda persona debe de estudiar aspectos como los siguientes:

  • Endeudamiento actual: no es recomendable que la deuda de una compañía supere su patrimonio neto (capital aportado por los socios). En caso que la empresa esté soportando unos niveles de deuda equivalentes a las aportaciones de capital y reservas disponibles, incrementar esta ratio supone un riesgo que solamente debe de asumirse si, realmente, se está muy seguro del retorno de la inversión que se va a realizar.
  • Perspectivas de futuro del sector: en la actualidad, los cambios en el mercado suceden a una velocidad mucha más rápida que antaño. Por ese motivo, es más complicado determinar la vida y futuro de un sector determinado. Aun así, sí que es posible, a partir del análisis de indicadores económicos y de las pautas de comportamiento generales del consumidor, estimar la viabilidad de un sector en un medio plazo.
  • Estabilidad regulatoria: cambios relacionados con las exigencias técnicas a cumplir para que poder operar o variaciones en la fiscalidad suponen un cambio en los cálculos presupuestados. En sectores en los cuales los últimos años ha habido constantes cambios en su regulación es más complicado recuperar la inversión porque existe el riesgo que en el corto plazo ocurra un cambio que obligue a realizar una nueva inversión o que reduzca el margen de beneficio.
  • Comportamiento de los consumidores: la fidelidad de los consumidores hoy en día es más volátil que hace unos años. La posibilidad de poder escoger entre otras compañías que ofrecen productos similares lo facilita. De la misma forma, las preferencias varían y hay que estar atentos a posibles cambios al respecto.
  • Intereses y otros costes a afrontar: toda deuda acarrea consigo unos gastos financieros. Éstos pueden llegar a ser muy importantes y suponen una reducción del beneficio. De la misma forma, con la finalidad de conseguir una mayor vinculación, las entidades financieras pueden exigir, para conseguir un interés menos costoso, la contratación de otros productos vinculados como seguros. Todo ello debe de estudiarse detenidamente e incluirlo dentro del coste de la financiación para calcular la alternativa más económica.

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