Mercadona

Desde que probé estas patatas fritas de Mercadona no quiero otras en mi vida: son un manjar

patatas fritas Mercadona
Blanca Espada

Entre los muchos snacks que encontramos, las patatas fritas son quizás los que nunca fallan. Las compramos siempre para tener en la despensa, y con ello que podamos contar con una bolsa cuando nos apetezcan. Sin embargo a las opciones clásicas, o a las que tienen sabores que todos hemos probado, se suman ahora unas que se han convertido ya en el manjar de mucho y a la que nadie se resiste. Las mejores patatas fritas de Mercadona que harán que no quieras otras.

La culpa la tiene una mezcla poco común en unas patatas: queso de cabra con cebolla caramelizada. Y gracias a ello, se convierte en un manjar que todos desean probar, y repetir una y otra vez. El queso aporta ese punto cremoso e intenso; la cebolla, el toque dulce que redondea cada bocado. Y sí, el resultado engancha. Empiezas con una y cuando quieres darte cuenta, la bolsa de patatas fritas de Mercadona está completamente vacía. Y lo mejor es que no son un capricho prohibitivo. El paquete de 150 gramos sale por unos 1,20 euros, así que puedes permitirte tenerlas en casa sin remordimientos. Son perfectas para un picoteo entre amigos, para una noche de cine en casa o para darte un capricho de vez en cuando.

Las patatas fritas de Mercadona que todo el mundo desea

Una vez abres la bolsa ya notas el porqué se han convertido en unas patatas fritas de las que todo el mundo habla en redes. Previo al sabor está el olor y ya os garantizo que huelen a lo que prometen: queso y cebolla. Tal vez lo más fuerte es el olor del queso de cabra pero tampoco es algo que te eche para atrás. Todo lo contrario, es un aroma suave e incluso con toques dulces que invita a probar de inmediato.

El acierto, creo, está en que además las patatas son bastante finas. No son patatas fritas como las que encuentras en las que saben sólo a eso: a patata. Aquí son onduladas, pero nada gruesas. Bastante finas y crujientes y una textura ligera que para nada se hace pesada. Y una vez las pruebas, primero notas el toque salado y crujiente, después la cremosidad intensa del queso y, por último, ese dulzor final que deja ganas de más.

Hay snacks que se disfrutan y otros que se recuerdan. Este entra en el segundo grupo. Incluso después de terminar la bolsa, el sabor se queda un rato en la boca, y lo cierto es que no te importa. De hecho, casi provoca que quieras abrir otra.

patatas fritas Mercadona
Patatas fritas sabor queso de cabra y cebolla caramelizada Hacendado.

Un aperitivo que conquista a todos

Aunque pueda parecer un sabor pensado para paladares atrevidos, sorprende lo bien que funciona incluso con quienes no son muy fans del queso fuerte. La cebolla caramelizada actúa como puente, suavizando la intensidad del queso y equilibrando el conjunto. Por eso, en reuniones familiares o con amigos, estas patatas acaban gustando a casi todo el mundo.

Además, son aptas para personas con intolerancia al gluten, algo que no siempre pasa con snacks de este tipo. Así que si tienes que preparar un picoteo variado, son una opción segura. Ya sea en una mesa con embutidos, quesos y pan crujiente o como único protagonista, este snack tiene todas las papeletas para desaparecer rápido.

Versátiles más allá del picoteo

Lo bueno de estas patatas es que no se quedan solo en el papel de aperitivo. Funcionan de maravilla como acompañamiento de hamburguesas, bocadillos o sándwiches, dando un toque crujiente y con personalidad. Incluso puedes añadirlas en trocitos a ensaladas para darles un aire distinto o utilizarlas como topping en platos al horno. Y si deseas algo especial o fuera de lo común, échalas sobre una pizza. Verás como ya no deseas comerla de otro modo.

Un precio que invita a repetir

Con un precio aproximado de 1,20 € por bolsa de 150 gramos, no hablamos de un lujo inalcanzable. Es más, compiten de tú a tú con otros snacks más caros, ofreciendo un sabor que perfectamente podría venderse como gourmet. Esto hace que sean una compra fácil de justificar: por muy poco, tienes un producto que aporta algo diferente a cualquier mesa.

Su relación calidad-precio también explica que, en algunos supermercados, vuelen de las estanterías. No es raro que, si vas a última hora o justo antes de un fin de semana, tengas que buscar bien para encontrarlas. Y cuando las pruebas, entiendes por qué.

Otra ventaja es que no forman parte de una edición limitada. No hay que esperar a Navidad, a una promoción puntual o a un lanzamiento estacional: están en el lineal todo el año. Eso sí, su popularidad hace que no siempre sea fácil encontrarlas, así que si te cruzas con ellas y eres de los que no se resiste a un buen aperitivo, mejor asegurarte un par de bolsas.

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