Derogar la reforma laboral no sólo generará más paro: también fuga de capitales e incertidumbre
Este miércoles por la noche el PSOE y Bildu anunciaron que uno de los puntos que se había negociado para garantizar el apoyo del partido proetarra a Pedro Sánchez fue la derogación completa de la reforma laboral del PP de 2012. Este anuncio generó una gran polémica a lo largo de la jornada del jueves, en la que incluso la coalición socialcomunista se mantuvo dividida.
La controversia fue tal que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) anunció que daba por finalizadas todas sus reuniones con el Ejecutivo al considerar su estrategia «un ·desprecio indignante al diálogo social con unas consecuencia negativas incalculables». En OKDIARIO hemos hablado con cuatro economistas y analistas, que nos han ayudado a comprender las consecuencias que podría tener en la situación actual la derogación de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Empleo
Una de las principales características de la reforma laboral de 2012 es que los trabajadores afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que finalmente sean despedidos por su empresa pueden recuperar hasta 180 días de indemnización de paro. Además, la reforma de Rajoy también facilitó la gestión y la flexibilización de este mecanismo.
El economista Santiago Carbó remarca a OKDIARIO que «en el anuncio del acuerdo entre PSOE y Bildu parece muy enredado todo. Además ahora mismo las consecuencia económicas si se deroga la reforma laboral serían muy negativas. En primer lugar porque gracias a ella tenemos unos instrumentos como los ERTE, con los que se ha podido tener una cierta flexibilidad para que no se destruyera el empleo de una manera mucho más brutal a lo que ha ocurrido en los dos últimos meses».
«Durante la ultima crisis económica, duplicamos la cifra de destrucción de empleo en comparación con nuestros vecinos europeos debido a la rigidez de nuestro mercado laboral. Gracias a la reforma laboral del año 2012, se creó el marco idóneo para que las empresas crearan empleo. Nuestro país esta en una fase recesiva con unos grandes desplomes del PIB y una derogación no es la mejor medicina para al reactivación económica», destaca Almudena Semur.
Por su parte, Marcs Ribes, cofundador de Blackbird, hace hincapié en que «la reforma laboral es muy competitiva y además permite flexibilizar una herramienta como son los ERTE para empresas que tienen problemas». «Si ahora mismo quitas esto, justo en la peor crisis económica que ha vivido España desde la democracia lao que le estás diciendo a los empresarios es que delante de una crisis sanitaria el gobierno es incapaz de incentivar la economía», apunta.
Mala imagen
Otra de las consecuencias que tendría la derogación de la reforma laboral es la incertidumbre y la imagen que España estaría enviando a la Comisión Europea (CE). Y es que hay que recordar que desde Bruselas siempre han mostrado su apoyo a la reforma laboral de Rajoy, llegando a pedir que esta se flexibilizara aún más. En numerosas ocasiones la Comisión Europea ha pedido que la reforma laboral continue porque ha tenido un papel fundamental a la hora de crear empleo desde el año 2012.
Gisela Turazzini, cofundadora de Blackbird, defiende que «la propuesta de derogación de la reforma laboral es un claro desafío a las élites, a la patronal española y a la Unión Europea». «La pregunta que nos hacemos es si Europa va a permitir esta derogación, puesto que los 500.000 millones de euros del fondo común, estarán a disposición de España a cambio de más reformas, no de que quiten las de 2012», opina.
«¿Qué van a pensar nuestros socios europeos y los inversores de que intentemos volver a una época pasada y a un modelo de relaciones del pasado? Eso puede dar al traste muchas ideas europeas e intenciones de países que intentan ayudar a España. También del papel que cumple nuestro país, que pasaría de incumplir normalmente con los procesos de consolidación fiscal a incumplir también en materia laboral», matiza sobre este asunto Carbó.
Mercado e inversiones
Por último, el cambio de rumbo que ha dado el Ejecutivo de Sánchez, y las múltiples disputas dentro de su propia coalición de Gobierno, mandan un mensaje a los mercados y a los inversores internacionales de desconfianza e incertidumbre.
“Esto crea una gran falta de credibilidad a nivel internacional. El Gobierno está mostrando a los inversores internacionales y al mercado que es un gobierno capaz de negociar directamente con un partido una cosa y luego con otro partido otra, con artimañas para conseguir su propósito. Eso genera un problema de confianza muy importante de cara a los inversores», añade Ribes.