Cuerpo justifica prolongar el impuesto a banca y energéticas porque «mejora su reputación»
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha afirmado este lunes que el impuesto extraordinario a la banca y al sector energético -el impuestazo- mejora su «reputación». Así justifica la intención del Gobierno de prolongar indefinidamente este tributo «extraordinario», si bien podría suavizarlo y extenderlo a las entidades extranjeras.
Según Cuerpo, este impuesto ha contribuido a aumentar «la sensación» de que se está produciendo «una redistribución justa de los costes» sin impedir que estas empresas hayan obtenido «los mejores resultados de su historia».
«Tenemos que ser conscientes de ese elemento de equilibrio también y del punto positivo reputacional para estos dos sectores que supone el haber sido capaces de contribuir de manera positiva a esta actuación», ha subrayado Cuerpo durante su participación en un acto organizado por la Fundación Seres.
Este mismo lunes, BBVA ha publicado que pagó 285 millones por este impuesto en el primer trimestre del año y Unicaja, 78,6 millones.
El ministro también ha agradecido al sector bancario su «esfuerzo» para la inclusión financiera de personas mayores o con discapacidad y de quienes viven en el ámbito rural. «Esto es un proceso continuo y hay que seguir avanzando, pero sí que quiero reconocer ese esfuerzo que se ha hecho por parte del sector financiero (…) y esto redunda además positivamente en la propia reputación del sector», ha afirmado.
Cuerpo ha mencionado algunos de los retos que tiene por delante la economía española, como el acceso a la vivienda, «uno de los cuellos de botella para el crecimiento», y la reducción de la tasa de paro «por debajo de los niveles tradicionalmente estructurales».
«Hemos visto con los datos de la Encuesta de Población Activa del viernes pasado que la tasa de paro de los jóvenes ha bajado dos puntos en el último año, pero sigue siendo elevada a nivel internacional y pasa lo mismo con la tasa de paro agregada. Estamos en un 12% y tenemos que ser capaces de seguir reduciéndola. Conforme nos acercamos a este 12% cada vez es más difícil y por tanto hay que diagnosticar bien dónde están efectivamente los principales cuellos de botella», ha apuntado.
Entre ellos, el ministro ha citado el desajuste entre la oferta laboral y la formación específica de los trabajadores, que requerirá seguir actuando para mejorar la formación profesional y la recualificación de los trabajadores hacia sectores de mayor valor añadido.
Preguntado por si será necesario diseñar nuevas figuras tributarias para gravar las nuevas tecnologías, Cuerpo ha recordado que en el marco del G20 ya se está trabajando en esos elementos tributarios y de redistribución, así como en el establecimiento de un impuesto a los multimillonarios, muchas veces relacionados con las grandes empresas digitales.
Para Cuerpo, uno de los principales retos de la economía española es el de ahondar en el comportamiento redistributivo del crecimiento económico, al que ha contribuido, ha dicho, como un «elemento diferencial», la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), cuyo coste, en términos de empleo, ha sido cero o «tan marginal que no se ha podido cuantificar».
«Es muy importante que se vea tanto cuando estamos creciendo como cuando hay algún shock, que hay una distribución justa de los beneficios y también de los costes, que nuestros ciudadanos tengan esa sensación de que las grandes cifras van bien, y que esto les acabe afectando también de manera positiva», ha dicho el ministro, que ha afirmado que hay que «mejorar la conexión entre esos dos niveles».
Ampliar el PIB
Cuerpo ha asegurado que desde 2020-2021, sobre todo a raíz de la pandemia, el Ministerio está intentando avanzar en un concepto «más amplio» que el del propio PIB con el que introducir dimensiones adicionales para conocer cómo están evolucionando las distintas economías.
«Tenemos que cambiar nuestra percepción a la hora de medir efectivamente el crecimiento que se está produciendo, porque hay que ponerle apellidos a ese crecimiento, si es un crecimiento que se está haciendo a costa o no de una mayor desigualdad social, o si es un crecimiento que se está consiguiendo hacer siendo más eficaz en cuanto al uso de los recursos naturales», ha señalado.
En este sentido, Cuerpo ha indicado que, trasladando esta idea a nivel empresarial, se observa que ahí «quizá se vaya un pelín por delante», pues la normativa «está empujando poco a poco a las empresas a mirar más allá de su cuenta de resultados» y analizar el impacto social de sus actuaciones.