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Los concesionarios venden camiones sin cerrar precio al dispararse los tiempos de entrega hasta un año

Iveco hidrógeno
La planta de Iveco en Madrid
Andrea Aguado
  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

Sin precio y sin fecha de entrega. La falta de piezas por la crisis de los semiconductores y el impacto del aumento de los costes de las empresas por la inflación ha provocado que los concesionarios no puedan cerrar precios de los pedidos de camiones por el aumento del periodo de entrega más allá del año. Una situación que ha provocado que sea misión imposible comprar un vehículo pesado en 2022.

Así lo ha explicado Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), en conversaciones con este diario que han señalado que «hay marcas de camiones que ya no dan ni precio a la petición que les hacen los transportistas y una tractora que antes valía entre 80.000 y 85.000 euros ahora vale unos 150.000 euros. Un 30 % más caro que antes», calcula.

«Las fábricas no son capaces de producir camiones terminados por falta de algunos componentes que escasean en el mercado, tanto microchips como materias primas esenciales para el ensamblaje de este tipo de vehículos, por los problemas en las cadenas logísticas internacionales», explica Valdivia.

Ante esta situación, el vicepresidente de ASTIC asegura que «hay ya varios fabricantes automovilísticos que han empezado a no certificar el plazo de entrega de los camiones e, incluso, hay marcas que ni siquiera están cotizando precio cuando los compradores se lo piden porque no son capaces de certificar una factura final que les permita no perder dinero el día en el que el camión se fabrique y se entregue».

Un problema que se produce a pesar de que el mercado aún no ha recuperado los niveles previos al impacto de la crisis del coronavirus, no obstante la demanda está registrando cifras superiores a la producción de camiones en el mercado, que se ha reducido de forma drástica en Europa. Situación que ha provocado que los consumidores se lancen a la compra de vehículos pesados de ocasión.

«Los concesionarios y los fabricantes, que siempre han tenido problemas para colocar la inmensa cantidad de vehículos usados que tienen, en este momento están buscando usados para comprar con el objetivo de contentar a algunos clientes que se encuentran esperando su pedido», asegura Valdivia.

Aumento de los costes

Así, los costes de las empresas de transporte en España se han disparado en lo que llevamos de 2022. «El elemento que más desequilibra las cuentas de resultados de estas compañías es el combustible, que representa más del 30% de los costes de operación de una empresa transportista. El precio del diésel, que mueve al 96 % de nuestros camiones en España, está en máximos históricos», explica.

«En mayo de este año el precio del diésel fue un 50% superior al registrado en el mismo mes de 2021. Si tenemos en cuenta que un camión pesado reposta en torno a 4.000 euros y 4.500 euros litros al mes, echemos las cuentas. A esto habría que añadirle el coste del AdBlue (aditivo anticontaminante). Y no hablemos ya de los camiones propulsados a gas natural -comprimido y licuado, que son los que usan los camiones-«, concluye el vicepresidente de Astic.

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