Cláusulas suelo y negocio en España lastran el resultado del Sabadell: gana 710 millones en 2016

El Banco Sabadell no ha sido capaz de mejorar sus resultados en 2016 y ha cerrado el ejercicio con un beneficio neto atribuido de 710,4 millones de euros, tan sólo un 0,3% más que el contabilizado en 2015. Las provisiones que ha tenido que realizar la entidad financiera para devolver a sus clientes las cantidades indebidamente cobradas por las cláusulas suelo hipotecarias y la caída de sus ganancias sin contar con la aportación del británico TSB han lastrado las cuentas del banco que preside Josep Oliú.

Según ha informado hoy Sabadell en los estados financieros anuales remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el elemento positivo lo pone el margen de intereses (el que muestra la evolución del típico negocio bancario: prestar dinero y captar depósitos), que ha crecido un 19,8% situándose en los 3.837,7 millones de euros. Sin embargo, el margen bruto se ha reducido un 0,1% y el neto un 15,8%. Estas cifras corresponden al total del grupo, incluyendo la actividad bancaria de la entidad británica TSB, integrada en Sabadell.

Si se excluye el negocio de TSB, entonces el beneficio atribuido de la entidad se reduce un 9,4%, para situarse en 531,1 millones de euros. No obstante, sin tener en cuenta el banco británico el margen de intereses crece un 4,6%, con 2.786,9 millones de euros a 31 de diciembre de 2016.

Las dotaciones para insolvencias (las conocidas como provisiones) suman 1.427 millones de euros al cierre del año, aunque son un 38,8% inferiores a las contabilizadas en 2015. En cuanto a las comisiones netas, repuntan un 5,6% aportando 1.148 millones de euros a la cuenta de resultados.

“La actividad comercial a lo largo del año se ha comportado satisfactoriamente en un entorno de elevada competencia, y la reducción de activos problemáticos ha superado ampliamente las expectativas y continúa ejecutándose con éxito”, indica Sabadell en el comunicado enviado a la CNMV. De hecho, la posición de capital a cierre de 2016 es fuerte, con un ratio CET1 fully loaded (que mide la solvencia que exige la nueva regulación de Basilea III) del 12%.

La morosidad del grupo se sitúa en el 6,1%, por debajo de la media del sector, lo que representa una rebaja de más de un punto porcentual respecto a 2015. La cobertura de créditos dudosos (aquellos que se consideran impagados) es del 51,5%. Entre las coberturas por deterioro del valor de los activos se encuentra la partida destinada al impacto de las cláusulas suelo, que el banco cifra en 410 millones de euros (aunque admite que podría ascender a 490 millones). Con todo ello el saldo de riesgos dudosos se sitúa en los 9.582 millones de euros.

El grupo catalán se encuentra inmerso en un proceso de reducción de costes, con ajustes de plantilla y cierres de oficinas que se completarán en el primer semestre de 2017. No obstante, en las cuentas que ahora presenta la entidad se comprueba que los gastos de explotación han crecido un 16,5% en 2016, hasta alcanzar un volumen de 2.663 millones de euros.

En cuanto al negocio bancario, los recursos de clientes en balance del Sabadell crecieron un 5,4%, para situarse en los 133.456,6 millones de euros; mientras que lo de fuera de balance (fondos de inversión, fondos de pensiones y gestión patrimonial) repuntaron un 8,6% (con 40.605,9 millones), sumando con todo ello un total de recursos gestionados de 201.588,8 millones de euros, un 0,6% más que en 2015.

En cuanto a los préstamos, la inversión crediticia bruta viva del grupo cerró el pasado ejercicio, con un saldo de 140.557,3 millones de euros, lo que implica un crecimiento del 3,9% respecto a 2015 a tipo de cambio constante, y un aumento del 2% respecto al tercer trimestre.

En la documentación enviada a la CNMV el banco apunta los principales objetivos que quiere cumplir en 2017, al que califica como “un año de transición” en el que “culminará la migración de la plataforma tecnológica de TSB”, pondrá el “foco en la actividad comercial y el negocio recurrente bancario”, reducirá “activos problemáticos en 2.000 millones de euros” y realizará una “contención de costes tanto en España como en Reino Unido”. Todo ello acompañado por un “avance en la transformación comercial, con la gestión remota y la oferta digital”.