GUERRA COMERCIAL

China reta a Bruselas y soportará las pérdidas de BYD en Europa por los aranceles a los coches eléctricos

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Los aranceles que Bruselas impuso a China han cambiado el modo en que el gigante asiático realiza sus exportaciones al Viejo Continente: abre nuevos puntos de recepción donde concentra envíos más numerosos y se beneficia de las deducciones y condiciones especiales de algunos países para mitigar el impacto del coste arancelario. Además, el propio Ejecutivo chino ya ha advertido de que soportará los aranceles, especialmente en lo que atañe a BYD -compañía participada en su mayoría por sociedades estatales de China-. Todo, mientras intenta llegar a nuevos acuerdos con la Unión Europea para evitar que la guerra comercial siga escalando.

De hecho, en el Ejecutivo que preside Xi Jinping creen que la respuesta de Bruselas frente a la llegada de vehículos eléctricos de China ha sido excesiva, aunque están abiertos a negociar distintas condiciones.

Lo cierto es que desde la Comisión Europea tratan de combatir lo que consideran doping por parte del Gobierno chino al vehículo eléctrico: «Cuenta con ayudas estatales para su fabricación», dicen, «y son empresas estatales las que pagan también las propias fábricas o las exportaciones». Creen, además, que el precio que ofertan está por debajo del valor de coste en «algunas ocasiones», y que los aranceles vienen «para terminar con una situación que, de facto, supone competencia desleal».

La postura de China

Pese al talante comercial que arrojan los diplomáticos chinos, la realidad es que los aranceles de la Unión Europea desaceleraron la entrada de vehículos eléctricos fabricados en China en julio. Han dado sus frutos las medidas tomadas por Bruselas para protegerse, entre otros, de los automóviles de bajo coste que vende BYD.

La cantidad de vehículos eléctricos nuevos que fabricantes de automóviles chinos como BYD o MG registraron en la Unión Europea el mes pasado cayó un 45% respecto a junio, según Dataforce. Unas cifras que abarcan el mercado del automóvil de 16 países en Europa.

BYD, la apuesta de Pekín

Pese a las cifras mencionadas, la realidad es que BYD sí ha logrado vender tres veces más vehículos eléctricos en esos 16 mercados en el mes de julio respecto a las ventas de un año antes. Sus competidores se desploman -MG cae un 20% y Polestar un 42%-, pero BYD aguanta el tipo, entre otras cosas por el modo en que el Ejecutivo chino soporta el envite de Bruselas.

Las ventas de BYD se multiplicaron por tres pero su beneficio apenas se movió en lo que a Europa se refiere. Esto se debe a que los aranceles, efectivamente, cumplieron su función confiscatoria, pero no sirvieron para que la compañía dejara de introducir el modelo en el mercado. Ni siquiera para que subiera los precios. «Si queremos frenar de verdad esta competencia, habrá que dar un paso más», nos explican fuentes comunitarias. La idea de China es que el mercado europeo se siga llenando con sus vehículos eléctricos, y eso supone aguantar los aranceles a cambio de seguir debilitando a las compañías en Europa.

BYD en España y Polonia

Los casos de España y Polonia son especialmente llamativos en cuanto a las dificultades que encuentra Bruselas para frenar esa «competencia desleal que llega de China».

España está aplaudiendo la llegada de vehículos de esta marca al Viejo Continente «sólo porque entran por sus puertos», y sirve para «presumir de un empleo cortoplacista», según aseguran las mismas fuentes. En todo caso, también ponen el contrapunto: «El beneficio que sí tiene España es que BYD ha abierto una fábrica en suelo español, suelo europeo, y esa es una de las metas que perseguían los aranceles».

Pero suceden en nuestro país la cara y la cruz: se abre una fábrica pero, a su vez, el puerto de Santander ha recibido hace dos días más de 1.000 vehículos eléctricos chinos, además de distintos recambios.

Con respecto a los recambios, el propio sector se ha mostrado muy temeroso los últimos meses. Que Bruselas impusiera aranceles era beneficioso, pero que China pudiera tomar la revancha no enviando recambios daba al traste con los planes de muchas automovilísticas europeas.

El caso de Polonia es diferente. BYD se expandió allí el pasado 6 de agosto, a pesar de no contar con una fábrica propia, y sus directivos dijeron que estaban listos para asumir «el coste de esos aranceles». Entretanto, construyen una nueva planta en Hungría, país que ha prometido condiciones especiales a los vehículos chinos a cambio de esa generación de «empleo y riqueza».

Es decir, una vez más, Hungría será el talón de Aquiles de la UE. Quitará los aranceles a China y sus vehículos ya estarán en el Viejo Continente sin pagar esos gravámenes, de los que se hará cargo, en teoría, el país que dirige Víctor Orbán.

La apuesta del Gobierno chino por BYD es evidente también en los contratos publicitarios que encarga a la compañía, como se ha visto en el caso de la Eurocopa de fútbol disputada en Alemania. China podría deshacerse de esta manera de las dificultades que han supuesto los aranceles, y Bruselas deberá hacer más, como reconocen desde el Ejecutivo Comunitario.

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