Cataluña recibe el 17% de la inversión y Madrid sólo un 9% desde que gobierna Sánchez
Las inversiones en Madrid han caído hasta el 9,7% desde que gobierna Pedro Sánchez, mientras que se han disparado en Cataluña hasta suponer el 17,2% del total. Las cifras se contraponen al discurso que Hacienda viene esgrimiendo sobre el pacto alcanzado entre el PSC y ERC, que supone la ruptura del actual modelo de financiación.
La aportación de Cataluña al conjunto de España tiene un saldo negativo en sus cuentas, como ocurre con Baleares o, particularmente, Madrid. Mirando las cuentas, la diferencia entre lo aportado y lo recibido deja a Cataluña con algo más de 2.000 millones de euros de déficit, pero a Madrid con más de 6.000. Baleares, por su lado, tiene un saldo negativo mucho menor, cercano a los 350 millones de euros.
Madrid recibe 193 euros por habitante frente a los 297 de Cataluña, y las inversiones, como decimos, han ido a la baja desde el 12% hasta el 9,7% en Madrid mientras que en Cataluña se han disparado hasta el 17,2%. Parece claro que el sistema tiene sus fallos, pero que las aportaciones de solidaridad son eso, solidarias, y lo que pretende hacer el Ejecutivo es volar por los aires ese sistema.
Nadie en el gobierno madrileño se ha planteado dejar de cumplir con esa parte solidaria con el resto de España, pero la propia presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha manifestado en varias ocasiones su malestar con el nuevo cupo catalán.
Además, el discurso del Ejecutivo de Sánchez ha virado para situar a Madrid como el culpable de que haya desigualdades entre las comunidades, e incluso pretende intervenir los impuestos autonómicos creando los llamados «impuestos espejo», creados para sustituir la recaudación autonómica por la estatal con la excusa de la solidaridad y la temporalidad.
El análisis de las inversiones por territorio de los Presupuestos Generales del Estado desde que gobierna Sánchez deja dos lecturas: la primera, que la capital, con un 14% de la población total, recibe un 9,7% del total de inversiones; y la segunda, que Sánchez ha elevado esas inversiones en Cataluña un 71,1%, hasta el mencionado 17,2% del total.
Críticas a Madrid por sus bajos impuestos
Para cargar contra las bajadas de los tramos autonómicos de IRPF o la bonificación del impuesto sobre Sucesiones y Donaciones en Madrid, el Gobierno suele decir que no sólo perjudica al resto de comunidades autónomas sino que, además, desploma la recaudación en la capital.
La realidad es que los ingresos en la comunidad que gobierna Ayuso entre 2018 y 2023 han crecido. Según los datos de la propia Agencia Tributaria, en la Comunidad de Madrid han aumentado los ingresos por impuestos un 29%.
El conjunto de España ha visto como la recaudación ha aumentado un 32%, pero tras 69 subidas de impuestos. Es decir, mientras Madrid reduce la presión fiscal -en lo que puede y le atañe-, el Gobierno sube casi 70 impuestos. Y la recaudación, al final, sólo logra ser un 3% más alta.
De hecho, España, con las últimas subidas de impuestos en el IRPF, ha logrado el dudoso honor de ser el único país de la OCDE donde suben las cotizaciones a la empresa y al trabajador al mismo tiempo. Y en medio, además, las familias españolas pierden poder adquisitivo. Si en 2018 eran un 3,8% más pobres que las europeas, esa cifra ha crecido ahora hasta el 4,2%.
Asalto a los impuestos autonómicos
La idea de Sánchez es recuperar la iniciativa política dando la vuelta a la polémica del cupo catalán. Empezará por hablar de armonización fiscal, y lo hará para criticar que algunas comunidades -Madrid, evidentemente- tengan rebajados sus tramos autonómicos para distintos impuestos.
La fórmula que imitará para realizar el asalto fiscal a Madrid es la que usó para crear el impuesto a las grandes fortunas. Copiará un impuesto que ya existe, le pondrá el concepto de temporalidad y se ajustarán los tipos. Así es como el Impuesto sobre el Patrimonio y el de las grandes fortunas no chocan y Cándido Conde-Pumpido puede decir que es «constitucional». Pero en realidad gravan el mismo concepto: el patrimonio. Sólo que es «temporal» y «solidario», y empieza a partir de los tres millones de euros. Lo llamaron así: Impuesto temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas.
La reforma fiscal que ahora planteará Sánchez es mucho más grave. En su batalla personal contra Madrid -comunidad que más aporta a la caja común de España-, quiere obligar a que se cobren el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, y también a que se eleven tipos dentro del IRPF.