El cambio en el precio del aceite de oliva que llevamos meses esperando
A pesar de una temporada de cosecha escasa y la sequía, se observa un ligero descenso en el precio del aceite de oliva. Según datos recientes del Sistema Poolred de la Fundación del Olivar, durante la semana del 3 al 9 de febrero, el aceite de oliva virgen extra registró una caída del 0,57%, situándose en 8.874 euros por tonelada.
De forma similar, el aceite de oliva virgen experimentó una disminución más notable del 1,55%, alcanzando los 8.390 euros por tonelada. Por su parte, el lampante base primera también mostró una tendencia descendente, marcando 8.303 euros por tonelada, un 0,43% menos que en semanas anteriores.
Cambio en el precio del aceite de oliva
Según los informes recientes de la Lonja de Extremadura, la conclusión de la temporada de recolección de aceitunas ha resultado en un mercado con un número limitado de transacciones. Se observan descensos generalizados en los precios de diferentes variedades de aceite, con el precio del aceite de oliva virgen extra (AOVE) oscilando entre 8.600 y 8.900 euros por tonelada, lo que supone una reducción semanal de 50 euros. Por otro lado, el aceite de oliva virgen ecológico experimenta una caída aún más pronunciada, llegando a disminuir hasta 100 euros.
En cuanto a los datos proporcionados por Oleoestepa, se destaca que la disminución de precios es notable únicamente en la variedad lampante, que cerró las ventas en 8.350 euros por tonelada, en comparación con los 8.400 euros de la semana previa. Sin embargo, en el resto de las variedades, los precios se mantienen estables.
A nivel europeo, la Comisión Europea resalta que España lidera con los precios más altos en la variedad lampante, alcanzando los 691,2 euros por cada 100 kilos en enero, lo que representa un aumento del 44% respecto al año anterior. En contraste, otros países productores como Italia registran un promedio de 617 euros, mientras que en Grecia es de 546,7 euros. España, por otro lado, sigue siendo el país productor con los precios más bajos en las demás variedades (AOVE y virgen).
Cómo leer la etiqueta
El aceite de oliva ha experimentado un aumento desmesurado en su precio, lo que ha llevado a un cambio en los hábitos de compra y consumo. Este producto, fundamental en la dieta mediterránea debido a sus usos y propiedades, requiere un etiquetado preciso por parte de los envasadores y comercializadores para informar adecuadamente al consumidor sobre lo que está adquiriendo.
En las botellas de aceite de oliva, es necesario que se indique claramente su categoría y un texto descriptivo correspondiente. Las cuatro categorías principales son, según recoge ‘Ideal’:
- Aceite de Oliva Virgen Extra: «Aceite de oliva de categoría superior obtenido directamente de aceitunas y solo mediante procedimientos mecánicos».
- Aceite de Oliva Virgen: «Aceite de oliva obtenido directamente de aceitunas y solo mediante procedimientos mecánicos».
- Aceite de Oliva: «Aceite que contiene exclusivamente aceites de oliva que se hayan sometido a un tratamiento de refinado y de aceites de oliva obtenidos directamente de aceitunas».
- Aceite de Orujo de Oliva: «Aceite que contiene exclusivamente aceites procedentes del producto obtenido tras la extracción de aceite de oliva y de aceites obtenidos directamente de aceitunas» o «aceite que contiene exclusivamente aceites procedentes del tratamiento de orujo de oliva y aceites obtenidos directamente de aceitunas».
El etiquetado debe incluir obligatoriamente el origen para el aceite de oliva virgen extra y el aceite de oliva virgen, indicando si procede de un Estado miembro de la Unión Europea o de un tercer país. En el caso de la Denominación de Origen Protegida (DOP) y la Indicación Geográfica Protegida (IGP), estos sellos garantizan la calidad y procedencia del aceite, especificando si todas las fases de producción se realizan en una zona geográfica determinada (DOP) o si solo una parte del ciclo tiene lugar en el territorio (IGP).
Además, el etiquetado debe incluir información nutricional, expresada por cada 100 gramos o mililitros del producto, que abarca parámetros como valor energético, grasas totales, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal. También se puede añadir la clasificación Nutriscore, que evalúa la salubridad y los aportes nutricionales del producto mediante una clasificación por colores y letras (A, B, C, D y E), así como el grado de acidez.
Consejos de almacenamiento
Un aceite de oliva no tiene fecha de caducidad; nunca caduca. En su lugar, tiene una fecha de consumo preferente, que generalmente ronda el año y medio. Sin embargo, si se conserva adecuadamente, puede consumirse con todas sus propiedades durante mucho más tiempo. Aunque el aceite de oliva no desarrolla componentes adversos para nuestra salud a lo largo del tiempo, si no se conserva en buenas condiciones, puede desarrollar sabores rancios que hacen difícil su consumo debido a que no es agradable al paladar.
Es esencial evitar que esté cerca de malos olores, ya que el aceite de oliva tiene facilidad para absorber olores ajenos que pueden alterar su sabor, así como conservarlo en lugares oscuros, alejados de la luz solar.
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