La venta de empresas estratégicas en la UE desmonta el argumento de Calviño para entrar en Telefónica
La mayoría de países de la UE están vendiendo participaciones empresariales
El Gobierno ha vuelto a utilizar un argumento falaz para justificar la anunciada compra del 10% de Telefónica por la SEPI. Nadia Calviño aseguró el martes que esta operación está «en línea con otros grandes países europeos como Francia y Alemania», cuando la realidad es que la mayoría de países de la UE están vendiendo participaciones empresariales.
En los últimos meses, se han producido importantes desinversiones estatales aprovechando la subida generalizada de las bolsas. Así, Italia ha vendido el 25% del Monte dei Paschi di Siena y Grecia ha hecho lo propio con el 22% del Banco Nacional de Grecia. Países Bajos también ha colocado en las últimas semanas un paquete del ABN Amro e Irlanda ha hecho lo mismo en el AIB Group.
Fuera del sector bancario, en los últimos años han tenido lugar importantes ventas de participaciones estatales, como las del 5% de Enel en Italia, el 4,1% de Engie en Francia, el 5% de Deutsche Telekom en Alemania, el 30% del Aeropuerto de Atenas o el 10% de EDP en Portugal.
Es decir, la tendencia generalizada en Europa es que los países vendan o al menos reduzcan las participaciones públicas en empresas y bancos, no que adquieran otras nuevas como el Gobierno de Pedro Sánchez pretende hacer en Telefónica (aunque los analistas dudan de que pueda alcanzar el 10% en un plazo y a un coste razonables).
Un analista de Goldman Sachs destaca que esta operación «apoyará claramente el precio de la acción [como se demostró en la sesión del miércoles], aunque iría totalmente en contra de la tendencia de las operaciones recientes de los gobiernos europeos y sus participaciones empresariales».
Telecomunicaciones
Sí es cierto que algunas de las principales empresas de telecomunicaciones europeas tienen participaciones públicas históricas. Pero también lo es que estas participaciones se han ido reduciendo en los últimos años -como en el citado ejemplo de Deutsche Telekom- y, sobre todo, que los países que las mantienen tienen unas cuentas públicas mucho más saneadas que las españolas.
Así, tras esa venta, Alemania mantiene un 13,8% en su operadora; Francia controla el 23% de Orange (antigua France Telecom); Suecia posee el 31,5% de Telia; y Suiza, Bélgica y Noruega controlan más del 50% de sus antiguos monopolios de telecomunicaciones.
En el caso de Italia, el Estado todavía detenta el 9,8% de Telecom Italia. La SEPI ha intentado sembrar cierta confusión al asegurar que «Italia ha adoptado en agosto de 2023 un acuerdo para incrementar hasta el 20% su participación en la compañía que agrupa los activos de telefonía fija de Telecom Italia»…, que no es Telecom Italia sino Netco, el equivalente en ese país de Cellnex.
En todo caso, todos los países que mantienen participaciones relevantes en este tipo de compañías tienen un déficit y una deuda públicos muy inferiores a los de España, donde el Gobierno se va a gastar más de 2.000 millones de euros de dinero público en el 10% de Telefónica, a pesar de que las nuevas reglas fiscales acordadas ayer por la UE nos obligan a reducir estos desequilibrios.
El citado Goldman Sachs también considera que «2.000 millones es un bocado muy apreciable al presupuesto anual español», lo que le hace ser escéptico sobre la capacidad del Gobierno de alcanzar el 10% de Telefónica.