Se busca: inversión conservadora para menos de 100.000 euros

La banca logra una rentabilidad en el semestre con sus gestoras inferior a la de las firmas independientes.
La banca logra una rentabilidad en el semestre con sus gestoras inferior a la de las firmas independientes.

“Money, so they say, is the root of all evil today. But if you ask for a raise, it´s no surprise, that they´re giving none away.”
“Dinero, dicen que es el origen de todos los males actuales. Pero si pides un ascenso no es de extrañar que no te lo den.»
“Money” de Pink Floyd, The Dark Sound of the Moon

Como comenté en mi artículo de la semana pasada, invertir una cantidad de dinero inferior a 100.000 euros es complicado. Por eso, si tienes una cantidad similar en cuenta corriente que te está quemando, tienes que reflexionar antes de lanzarte a comprar un coche nuevo (el tema del coche eléctrico es fascinante y muy tentador) o realizar una mala inversión financiera.

Como siempre, lo primero es tener claro nuestro perfil de riesgo, pero si eres un español de a pie, con un trabajo más o menos estable, un par de hijos y una hipoteca, y lo que estás invirtiendo son tus ahorros, casi se puede asumir con bastante certeza que estarás en un perfil conservador, con un máximo de un tercio del total de la inversión en renta variable y el resto en renta fija y otros.

Mi primera opción, antes que invertir en una cartera financiera, sería reducir las deudas que tengas. Mantener más o menos deuda es una decisión de estrategia patrimonial, y como tal, hay que analizar si el coste de la deuda es mayor que la rentabilidad que nos aportaría una inversión financiera, sobre todo si la alternativa es una cartera con un perfil conservador, en un entorno de tipos de interés bajos.

Ya sé, si los tipos son bajos, el pago de intereses de la deuda también lo es, pero dejar de pagar no tiene riesgo y es gratis (no tienes costes de inversión, ni tributas por el dinero que dejas de pagar).

Cuando la próxima crisis de mercado llegue – que llegará, ya sea por un repunte fuerte de inflación, la temida subida de tipos de interés o, como creemos probable que ocurra, por consecuencias no previstas de la no solución de la crisis iniciada en 2007 – la idea es tener una cartera que resista esas caídas, lo que bajo ningún concepto significa que sea a prueba de caídas.

Si tuviera que recomendar una estructura de cartera básica, para una inversor que no quiera o pueda contar con los servicios de un asesor financiero, sería ésta: compra un tercio de la cartera en un fondo indexado de renta variable global, un tercio en un fondo indexado de bonos agregado de plazo medio y un tercio en uno de bonos que protejan de la subida de la inflación. Esta distribución se puede desagregar más en cada clase de activo, pero la base es ésta.

Una cartera con estas características nos puede dar una rentabilidad media (media, no cada año) en los próximos 15 años de alrededor del 3% anual, una vez descontada la inflación. Estamos buscando batir a la inflación sin grandes alegrías, pero resistir razonablemente bien las caídas porque son nuestros ahorros, ya sea para nuestro plan de jubilación (en un próximo artículo hablaré de los planes de pensiones y por qué es mejor no contratarlos), pagar la universidad a nuestros hijos o cualquier otro compromiso financiero futuro.

Es fundamental, en el entorno de tipos de interés bajo en el que nos encontramos desde hace ya algunos años, que el coste de la cartera sea bajo. ¿Por qué? Durante los próximos años, la rentabilidad esperada de una cartera conservadora será bastante reducida porque el 70% de renta fija no aportará prácticamente rentabilidad, o incluso será negativa, y el tercio de renta variable sí lo hará potencialmente, aunque con bastante más volatilidad.

En la práctica: no puedes dejarte cobrar un 1,50% de comisión de gestión en un fondo conservador (coste habitual de los fondos mixtos para cantidades inferiores a 100.000 euros), sabiendo que el bono a 5 años alemán tiene una rentabilidad negativa y el español paga un 0,4%.

Esta recomendación constituiría dentro de la estructura de inversión que comentaba en mi artículo ¿Es posible Netflix en el sector financiero?, el núcleo de mi cartera. La parte satélite, o más táctica, de gestión activa, es la que variamos según puedan surgir oportunidades o tendencias.

Hoy, tal como se está comportando el mercado y las expectativas, me inclinaría por invertir una parte en un certificado de oro (que nos proteja caso de una caída fuerte de mercado) y en estas tendencias a medio plazo: medio ambiente, robótica / tecnología y salud. Para ello invertimos en dos o tres fondos (registrados en España y traspasables) que cubran estas tendencias de forma específica.

Esta recomendación, que parece muy simple, no es tan fácil de implementar en España ya que las entidades financieras no tienen ningún aliciente a facilitarte la compra de producto de terceros (no suyo propio) y de coste bajo, como son los fondos indexados que os propongo. En el próximo capítulo, entidades financieras, cómo puedo invertir mi dinero con ellas para implementar una cartera con una rentabilidad/coste razonable y por qué, cuando nos referimos a 100.000 euros… nos quedamos cortos.

Arantza Virós Usandizaga
Socio-Director de NeoInversiones
[email protected]

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