Crisis económica

El BCE solo puede permitir el pago de dividendos… si los bancos se comprometen a no pagarlos

La sede del Banco Central Europeo
Sede del BCE.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El BCE se enfrenta a un dilema muy complicado con los dividendos de los bancos. Todo el sector pide poder volver a pagarlos, pero el supervisor no puede autorizarlo de forma general porque hay entidades que no están en condiciones de hacerlo. Y tampoco puede permitirlo a unas sí y otras no, porque las estigmatizaría. ¿Entonces? Según los expertos, solo puede levantar el veto si los bancos más sólidos se comprometen a no pagarlos, al menos de momento.

Es decir, estaríamos ante una paradoja: para poder volver a remunerar al accionista en algún momento del futuro, los bancos más solventes deben prometer que no van a hacerlo a corto plazo. De lo contrario, el BCE no tendrá más remedio que alargar su actual ‘recomendación’ de que el sector no reparta sus beneficios, tal como avisó recientemente el gobernador del Banco de España.

Pablo Hernández de Cos dijo que la recomendación de no pagar dividendo está «condicionada a la duración de la crisis». Según el gobernador, este veto «debe seguir estando vigente mientras persista la incertidumbre actual y hasta que se consolide una recuperación económica sólida». El BCE y la Junta Europea de Riesgo Sistémico tomarán la decisión definitiva en diciembre, pero cualquiera de estas soluciones es mala para el sector.

«Para poder levantar el veto, el BCE se tiene que asegurar de que el banco que puede pagar dividendo decide por responsabilidad y prudencia no pagarlo», señala uno de los expertos consultados. Otro añade que «Lo más cómodo para el supervisor es mantenerlo prohibido con la excusa de que no se sabe cuál será la profundidad ni la duración de la crisis tras esta segunda ola».

El mercado quiere saber quién está bien y quién está mal

«El BCE no puede decir que todos están bien porque no es verdad. Lo que le gustaría al mercado es que le dijera quién está bien y quién mal, que es lo que le pidió al Banco de España en 2012; y, como no se lo dijo, castigó a todo el sector y llevó al país al borde del impago. Ahora lo más probable es que el BCE haga lo mismo para no estigmatizar a nadie, porque sus acciones y sus bonos se hundirían todavía más. Aunque eso perjudique a las entidades sólidas», explica otra fuente.

Si el Mecanismo Único de Supervisión que preside Andrea Enria opta por no estigmatizar a nadie, como hizo Miguel Ángel Fernández Ordóñez en 2012, sus únicas alternativas son prolongar la prohibición en diciembre o levantarla para todo el sector solo si consigue ese compromiso de prudencia de los bancos que sí tienen capacidad para repartir dividendo.

Fondos de inversión y obra social sin recursos

Ahora bien, ninguna de estas opciones resuelve el problema que tiene el sector con este asunto. No se trata solo de demostrar la fortaleza de los que pueden repartir dividendo frente a los que no -que también-, sino que hay otros factores relevantes en juego. Por ejemplo, hay muchos fondos de inversión internacionales que solo invierten en compañías que pagan dividendo porque dan una rentabilidad a sus partícipes gracias a las cantidades que perciben de esas empresas. Por tanto, si una deja de hacer ese pago, tienen que sacarla de la cartera.

Por otro lado, está el problema de la obra social de las fundaciones bancarias (las antiguas cajas de ahorros), que se financia exclusivamente con los dividendos que pagan los bancos a los que tuvieron que ceder su negocio financiero. Si no hay dividendo, no puede haber obra social en un momento en que es más necesaria que nunca debido a la crisis provocada por el covid y a la falta de medidas y ayudas del Gobierno que estas fundaciones suplen en gran medida.

De eso se ha quejado reiteradamente Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, ya que La Caixa es la mayor fundación bancaria de España con diferencia. Pero no es la única: Unicaja, Liberbank, Ibercaja y Kutxabank también necesitan el dividendo para continuar con sus actividades sociales en sus respectivos territorios.

Repartir los dividendos ‘perdidos’ tras la crisis

Hernández de Cos ofreció una alternativa si se prolonga la prohibición:  los dividendos ‘perdidos’ se podrán recuperar con dividendos extraordinarios tras la crisis (lo contrario no es posible, porque no se puede pedir a los accionistas que devuelvan los pagos ya repartidos). Pero, mientras tanto, los problemas descritos anteriormente persistirán.

En consecuencia, al sector tampoco le satisface esta promesa y es de esperar que redoble sus presiones hacia el BCE para levante la mano con los dividendos en la decisiva reunión de diciembre. Y no solo en España, sino en el conjunto de la zona euro.

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