La banca italiana amenaza con contagiar a la europea tras un 2018 nefasto
La intervención por el BCE del banco Carige no llega a ser tan dramática como la resolución del Banco Popular por parte de la JUR en 2017. Sin embargo, es un mal comienzo para el sector bancario europeo, que no solo en Italia afronta problemas de rentabilidad
El BCE ha comenzado el año con un puñetazo en la mesa con la que es la primera intervención bancaria de 2019, nada más iniciado el año. El regulador presidido por Mario Draghi ha intervenido la dirección de Banca Carige, décima entidad de la banca italiana, sustituyendo a su equipo directivo por un equipo gestor «de carácter extraordinario».
Con la suspensión de las acciones de Carige, todo el sector bancario transalpino menos BPM ha caído: un 1,72% Intesa, un 1,23% Unicredit, un 1,62% UBI o un 0,98% Mediobanca. En Francia cayeron con fuerza BNP Paribas, Crédit Agricole o Société Générale. En España, Bankinter, Bankia o Caixabank.
La intervención del BCE en Banca Carige en el primer día hábil del año se ha realizado de forma similar a la de una intervención judicial, tras la negativa el pasado 21 de diciembre, en un consejo de administración, a ampliar capital por 400 millones de euros o emitir deuda subordinada por entre 350 y 400 millones. Las familias accionistas no querían ver su participación diluida pero muy probablemente eso será lo que ocurra tras la designación por parte del organismo deDraghi de tres administradores cuyo objetivo, según ya se ha señalado, es realizar una ampliación de capital y posteriormente fusionar Carige, una antigua caja regional de la provincia de Génova, con otra entidad.
Una banca europea en crisis
Para Ignacio Cantos, analista de ATL, la capacidad de contagio de esta intervención será limitada, dado que no estamos hablando de una resolución como la que llevó a cabo la Junta Única de Resolución (JUR) presidida por Elke König con Banco Popular en 2017. Más bien al contrario, el BCE ha intervenido para evitar cualquier tipo de problema de solvencia en un estadio en principio más saludable para la entidad del que tenía Popular, y con una entidad tampoco del tamaño de la española.
Además, aunque es cierto que la banca italiana no se ha reestructurado como si lo han hecho los sectores bancarios de otros países desde la crisis, Cantos recuerda que «todo el sector bancario europeo ha bajado de media un 32% en el último año, y los italianos un poco peor en tanto que su prima de riesgo se amplió enormemente con la formación del gobierno populista, que los bancos pagaron. En la primera mitad de 2018 los italianos eran los mejores bancos de Europa en bolsa con diferencia, subiendo un 30% y por la inestabilidad política acabaron bajando un 20% dado que tienen mucha exposición a la deuda de su país, cuya prima de riesgo se ha disparado».
Los problemas de solvencia siguen presentes en la banca italiana. Sin embargo, recuerda Cantos, «incluso entidades como ING que estaban en el grupo de mejor solvencia han caído más de un 30% en bolsa. Y los grandes italianos como Intesa San Paolo o Unicrédito han ido mejor que BBVA», asegura.
En sentido parecido se manifiesta Miguel Momobela, analista de XTB: «La intervención de Carige no es un cataclismo financiero pero es un matiz negativo. Se transmite que hay situación de inestabilidad que lleva al BCE a tomar el control. Y se trasladan más dudas sobre la banca italiana, que ha ido muy mal en 2018».
Problemas de rentabilidad
Más allá de su solvencia actual o no, ahora mismo la banca europea se engrenta a graves problemas. Según Momobela, son «el entorno de tipos del BCE que mantiene unos tipos inalterados, un programa de compra de activos de deuda muy ajustado y que en 2018 Draghi no se ha arriesgado mucho. Se está prolongando una situación de tipos a la baja que a la banca no le hace bien», asegura.
Además de ello, están «los retos de la digitalización, línea de negocio. Todo eso hace que la banca no esté en su mejor momento como en un sector más cíclico y ligado a la evolución de las políticas monetarias».
La subida de tipos, según algunos analistas, podría incluso retrasarse a 2020 de seguir las señales de ralentización de la economía.
Según Cantos, «nadie quiere ver actualmente a los bancos en bolsa y todos cotizan a 0,4; 0,5; 0,6 veces su valor en libros. Los bancos están cuestionados en su modelo de negocio. Cada vez hay más fintech haciendo banca en la sombra y sin sufrir la regulación que sufren los bancos porque no tienen depósitos», concluye.