La ATA firmará este mes con Mapfre un plan de empleo para complementar las pensiones de los autónomos

La Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) firmará este mes un plan de pensiones de empleo con la aseguradora Mapfre, la más importante del país, en un intento de animar a los autónomos a que complementen y aumenten sus ingresos a la hora de llegar a la jubilación. Esta sería la segunda iniciativa que toma la organización que preside Lorenzo Amor para mejorar el retiro del colectivo al que representa mayoritariamente.

La primera fue con VidaCaixa, que es la filial de seguros de CaixaBank. ATA reúne a 600.000 autónomos de los 3,3 millones que hay en España, muchos de ellos sin afiliación a institución alguna, y representa al 49% de los que cotizan por esta actividad, según reconoce el Ministerio de Trabajo. La Asociación que preside Amor es la única que comercializa hasta la fecha un plan de empleo específico para este colectivo. En su primer año se han adscrito a dicho plan mil personas, con un volumen de tres millones de euros. La mayoría de los asociados de ATA trabajan con La Caixa y tiene contratados seguros de distinto tipo con Mapfre.

La gran parte de los autónomos, igual que el resto de los ciudadanos que han tomado una decisión al respecto, tiene un plan individual de pensiones, pero éstos -y el volumen invertido en ellos- está descendiendo con rapidez tras la decisión del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, de reducir la exención fiscal con la que contaban y que aprobó en su momento el Gobierno de Mariano Rajoy. Con el argumento polémico de que premiaba a los ricos, Escrivá decidió recortar drásticamente las deducciones en el Impuesto sobre la Renta por las aportaciones a los planes de pensiones hasta dejarlas en una cantidad ridícula.

El volumen deducible para el caso de los autónomos se ha quedado en 1.500 euros. Como alternativa, el Gobierno decidió lanzar los planes de pensiones de empleo, que cuentan con una exención fiscal de 4.500 euros, con el objetivo de desplazar a los autónomos desde los planes individuales a estos últimos y así poder reunir un cierto nivel de capital que facilite seguir conservando el nivel de vida una vez llegada la edad de retiro. Aunque Lorenzo Amor reconoce que la reducción drástica de las exenciones fiscales ha sido un castigo excesivo e inmerecido para el colectivo de autónomos, explica que «no queda más remedio que acudir a la fórmula alternativa, que son los planes de empleo».

A partir de ahí, el máximo representante de ATA reconoce que hay una clara falta de información sobre esta nueva posibilidad de completar la jubilación y que «es necesario reforzar el ejercicio de pedagogía a nuestros afiliados y al resto del colectivo sobre la necesidad de que se inclinen por esta alternativa, que en estos momentos es la más atractiva desde el punto de vista fiscal».

Especialmente y de manera adicional, según explica, para aquellas personas que cotizan según la fórmula de autónomos societarios, cuyos gastos no son deducibles en el Impuesto sobre la Renta, y que deberían, a su juicio, comenzar a aportar a los planes de empleo favorecidos por el Gobierno. «En estos momentos, las ventajas de los planes individuales se han convertido en ridículas y no hay más remedio que optar por la vía que ha decidido impulsar el Ejecutivo», añade.

ATA critica la reforma de las pensiones

Amor ha sido uno de los más críticos con el ministro Escrivá. En su opinión, la reforma de las pensiones diseñada por el responsable de la Seguridad Social ha sido «un hachazo»: «no es buena para el empleo» y «allanará el camino a la economía sumergida». «No hay por dónde cogerla. No garantiza por ningún sitio que las pensiones sean sostenibles», ha señalado más de una vez.

Según el presidente de ATA, es una reforma que obligará al cotizante a «pagar más impuestos y cobrar menos pensión». Amor ha insistido en que los empresarios son conscientes de que hay que garantizar las pensiones, pero discrepan en que haya que hacerlo «apretando con cotizaciones sociales». Además, el presidente de los autónomos se ha mostrado particularmente crítico con la cuota de solidaridad que ha planteado el Gobierno como parte de la reforma para mejorar los ingresos del sistema.

Esta cuota se aplicará sobre la parte del salario que actualmente no cotiza por superar el tope máximo de cotización, que será del 1% en 2025 e irá aumentando a un ritmo de 0,25 puntos por año hasta llegar al 6% en 2045 (5% a cargo de la empresa y 1% a cargo del trabajador). Para Amor, se trata de «un impuesto enmascarado en cuota de solidaridad» y ha cuestionado que se considere «ricos» a «aquellos que cotizan por 4.495 euros y a lo mejor llegan a su cuenta 3.000 euros. «Es el colmo del despropósito», ha insistido.