Así produce Repsol el diésel del futuro: aceite usado y restos de podas de árboles
El coche eléctrico no es la única opción válida para hacer realidad la transición energética en el transporte y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para alcanzar la neutralidad climática. Los combustibles renovables, combustibles derivados de fuentes orgánicas como la biomasa y residuos orgánicos, constituyen una de las principales soluciones para reducir las emisiones de la movilidad de manera rápida y eficiente en los próximos años. Un líquido que será el futuro diésel o gasolina que se produce a través de la poda de árboles o aceites usados de cocina.
Un tipo de combustibles que podemos dividir en dos: los biocombustibles avanzados o los combustibles sintéticos. Ambos se fabrican a partir de residuos y materias primas renovables, por lo que tienen cero emisiones netas. El CO2 emitido es el mismo previamente capturado por las materias primas empleadas en su producción.
Biocombustibles avanzados
En concreto, los biocombustibles avanzados se producen a partir de residuos orgánicos como restos de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria, como pueden ser los purines del cerdo o alperujo de la aceituna. También de residuos de biomasa forestal derivado de la poda de los árboles o aceite de fritura usado. Esta reutilización de los residuos como materias primas, fomentan el paso de la economía lineal a la economía circular.
De hecho, la compañía multienergética está en fase de estudio para incluir en la lista nuevos materiales a través de los cuales extraer biocombustibles. Aunque uno de los grandes problemas que se está encontrando Repsol a la hora de producir este tipo de combustibles es la capacidad logística para no desperdiciar los recursos naturales, recogerlos y tratarlos para emplearlos en movilidad cero emisiones.
Combustibles sintéticos o e-fuels
Además de biocombustibles, dentro de los combustibles renovables, destacan los combustibles sintéticos, también conocidos como e-fuels, que se obtienen de la combinación de CO₂ capturado con hidrógeno renovable. Una solución complementaria a la electrificación y otras tecnologías que nos ayudarán a alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Una solución inmediata
La ventaja de los combustibles frente al desarrollo del coche eléctrico es que se pueden utilizar ya porque son compatibles con los motores actuales y con las infraestructuras de distribución y repostaje existentes. Además, estas son una alternativa para todos los segmentos de transporte. Esto es, además de en los coches, también se puede emplear en la aviación, el transporte marítimo y el transporte pesado por carretera, que no tienen actualmente una alternativa en la electrificación.
La petrolera ya dispone de 10 estaciones de servicio en la Península Ibérica en las que los consumidores pueden llenar el depósito de su coche con combustible 100% renovable. Dos de ellas están situadas en Madrid, dos en Zaragoza, una en Barcelona, una en Toledo, una en Álava, una en Valencia, una en Oporto y una en Lisboa.
Un número que la compañía petrolera prevé incrementar. A finales de año, un total de 50 estaciones de servicio de Repsol expenderán biocombustible avanzado cero emisiones netas en las principales ciudades y corredores de transporte de la Península Ibérica.