Los analistas alertan de las caídas de las Bolsas en todo el mundo cuando la Fed suba tipos como en 2018
Este miércoles los mercados ponen el foco en la reunión de enero de la Fed, una cita en la que la institución podría aprovechar para sentar las bases de una subida de tipos ya en marzo y comenzar a formular un plan de reducción de su balance. La última vez que el banco central estadounidense elevó sus tasas de referencia fue en 2018, un año en el que las bolsas sufrieron fuertes pérdidas, algo que, advierten algunos expertos podría repetirse en 2022.
Si cumple con el guión que ya esperan los inversores la Fed volverá a subir tipos justo dos años después de que en marzo de 2020, y en la que fue su segunda intervención de emergencia en pleno estallido del coronavirus, rebajase los tipos desde el 1-1,025% hasta el rango actual del 0-0,25%, un nivel no visto desde la crisis financiera.
El organismo que preside Jerome Powell ha venido preparando a los inversores para este anuncio, de forma especial desde su última reunión, al mostrar una mayor preocupación por la evolución de la inflación, que alcanzó el 7% en diciembre, mientras que el mercado laboral estadounidense ha recuperado 18,79 millones de empleos no agrícolas, más de un 82% de los puestos de trabajo que se destruyeron como consecuencia de la crisis sanitaria.
“Sólo unas lecturas muy malas del informe sobre el mercado laboral de enero o un endurecimiento sorprendentemente rápido y considerable de las condiciones financieras durante la próxima semana empujarían a la Fed a retrasar la primera subida de tipos”, apunta Paolo Zanghieri, economista senior de Generali investments.
“Subir los tipos al ritmo previsible de 25 puntos básicos permite a la Fed la flexibilidad que necesita dadas las inciertas perspectivas económicas. Además, una subida brusca de los tipos de interés oficiales podría provocar un endurecimiento inoportuno de las condiciones financieras”, indica también Zanhieri. Ben Laider, estratega de mercados globales de eToro, advierte de que de ser “más agresiva, la Fed avivaría el temor a un error de política monetaria, mientras que si mantiene un tono equilibrado ayudaría a calmar a los mercados”, especialmente en el caso de Wall Street donde algunos de los principales indicadores ya se encuentran en terreno de corrección, es decir, caen más de un 10% desde sus últimos máximos.
Lo que pasó en 2018
Después de rebajar el precio del dinero hasta casi cero a finales de 2008 para hacer frente a la aguda crisis financiera, la Fed inició en 2015 un gradual ciclo de normalización monetaria. En 2018 el organismo elevó las tasas en cuatro ocasiones, con lo que los tipos de interés de la primera economía del mundo cerraron ese ejercicio en el rango del 2,25%/ 2,50%. “El resultado fue un año doloroso para todas las clases de activos. Los rendimientos de los bonos subieron y los precios de las acciones cayeron. El único lugar para esconderse ese año fue el efectivo”, advierte James Athey, investment director de la gestora abrdn.
Esa es, subraya el mismo experto, la comparación histórica más reciente de lo que se está viviendo ahora en los mercados. El 2018 fue el peor ejercicio para Wall Street desde 2008, con caídas del 6,4% para el S&P 500, del 5,6% para el Dow Jones y del 4% para el Nasdaq. En Europa, el Euro Stoxx 50 cayó un 13,15% y el Dax alemán, un 18%. El descenso del Ibex 35 fue del 15%.
Por aquel entonces, las subidas de tipos coincidieron con una fuerte volatilidad generada por los miedos a una guerra comercial entre EEUU y China. Ahora, la incertidumbre procede de Ucrania. Athey indica, además, que 2022 “puede ser más perturbador”, entre otras cuestiones porque las valoraciones de las bolsas, sobre todo la de Nueva York, son superiores a las de 2018. Los mercados han corrido más tras los desplomes provocados por el covid-19, por lo que la caída puede ser mayor.