FRUNET BIO Y HORTÍCOLA COSTA FUERON ACUSADAS DE CULPABLES DE LA 'CRISIS DEL PEPINO'

Alemania indemniza a una empresa española que perdió «más de 2 millones, clientes y proveedores”

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Alemania indemnizará a dos empresas españolas tras acusarlas de ser culpables de la 'crisis del pepino'

Corría el año 2011 cuando la bacteria E. coli se hacía famosa por acaparar los titulares de la prensa nacional e internacional. Este microbio mató a más de 50 personas en Alemania y el país germano apunta a los pepinos españoles como culpables de la epidemia. La bautizada como ‘crisis del pepino’ venía de la mano de España, pero, no era verdad. Seis años después de lo ocurrido, la justicia alemana ha dado la razón a dos empresas agrícolas de nuestro país, la malagueña Frunet Bio y la almeriense Hortícola Costa, que serán indemnizadas con una cantidad que no ha sido desvelada por un acuerdo entre las empresas y el Gobierno de Hamburgo.

Ambas llevaron el caso a los tribunales por los daños provocados. “Nos acusaron. Lo pasamos muy mal. Perdimos muchísimo dinero, las cifras ascienden hasta los dos millones de euros. Perdimos los proveedores y los clientes. Tuvimos que empezar de 0”, cuenta a OKDIARIO Antonio Lavao, gerente de Frunet Bio.

“Tuvimos que tirar mercancía, pagar la que estaba en tránsito y redujimos personal. No podíamos sostener a toda la gente”, añade Lavao. Pero ahora, tras un acuerdo con el organismo germano, han conseguido lavar su imagen del todo.

De pérdidas de 2 millones a una facturación de más de 40 millones

Fue su nombre el que les hizo no cerrar las puertas que abrieron en 1996. “Nuestro nombre nos permitió no recaer. Ahora, somos una empresa mucho más fuerte y mucho más consolidada”, señala.

Algo que puede comprobarse en sus datos de facturación y ventas. “Actualmente, superarán los 40 millones de euros”, indica el gerente de Frunet.

Eso sí, volver a la cima agrícola no ha sido fácil. “Por fin ponemos punto final a esta historia. Pero nuestra reputación se vio dañada, aunque contamos con el apoyo principal de nuestros clientes. Empezaron a comprar, vieron nuestra lucha judicial. E incluso clientes alemanes nos apoyaban”, sostiene. “El instinto de supervivencia y pensar que no hicimos nada malo, nos hizo no abandonar”.

El negocio que nació en el seno de su familia exporta a Europa los productos que plantan, entre los que hay aguacates, mangos u hortalizas. De hecho, sus ventas se concentran fundamentalmente en Francia, Alemania, Bélgica, Dinamarca o Suecia, pero nuestro país cuenta con el porcentaje más bajo.

Ahora, pueden cerrar este capítulo para seguir creciendo y expandiéndose internacionalmente. “Ha sido muy injustificado y sin motivos, pero ahora somos más fuertes”.

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