Turismo

Las agencias de viajes esperan recuperar este verano las ventas de 2019 pero ven una caída a final de año

huelgas aerolíneas
La demanda de viajes se recupera tras dos años de pandemia.

Las agencias de viajes parecen ver la luz tras dos años de pandemia en los que su negocio ha pasado un vía crucis. Según declaró a este diario Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), la facturación del sector este verano alcanzará la registrada en 2019, el año anterior a la pandemia, gracias a la fuerte demanda por el denominado «efecto champán», lo que refleja las ganas de la gente por viajar, pese a que la inflación hace mella en sus bolsillos.

«El índice de venta de viajes tanto a nivel doméstico como internacional está en nivel prepandemia», asegura, gracias al aluvión de reservas para la temporada alta. Destaca la recuperación del turismo emisor internacional, responsable del 75% de las ventas.

Pese a que la inflación viene acelerándose desde hace meses, muchos consumidores contrataron sus vacaciones de verano antes de que las aerolíneas empezaran a elevar el precio de los billetes por el alza del precio de los carburantes. Con todo, la gente está «pagando un poco más, subidas marginales», advierte Garrido, debido al entusiasmo por volver a viajar. Los destinos preferidos son las capitales europeas, Túnez, Marruecos, Caribe -República Dominicana, Cancún, Riviera Maya, Cuba- y también Estados Unidos. Incluso algunos lugares más exóticos que por la pandemia habían dejado de tener demanda vuelven a gozar de interés, como Maldivas o Tailandia, explica Garrido.

Con todo, los vuelos a Asia están caros, apunta David Gallego, director comercial de la agencia de viajes Pangea, que admite que «cuesta vender esos viajes» y hay que hacer «un trabajo de reenfoque con el cliente para llevarle a otro destino que encaje en sus perspectivas económicas». Es decir, están ofreciendo opciones alternativas en un contexto de inflación tan exigente como el actual. Al final, las subidas de los precios obligan a las agencias a «pelearse» con sus proveedores para fijar precios razonables para el cliente, aunque sea en detrimento de los propios márgenes que obtienen.

Eso ha provocado que Pangea esté por debajo de sus objetivos de márgenes, pero, a su vez, está siendo capaz de elevar su facturación. «Nos estamos moviendo en un escenario de mucho volumen de peticiones», asegura Gallego, que destaca que su negocio ha experimentado un «aumento brutal de trabajo» después de dos años de pandemia.»Para nosotros va a ser un verano muy parecido al de 2019 en cuanto a buenos resultados. Hemos tenido un mes de mayo espectacular y junio ha empezado muy bien. De momento, pesan más las ganas de viajar que las dificultades económicas», afirma.

Ralentización en la recta final del año

Sin embargo, no se espera que esa pujante actividad continúe después del verano, por lo que las cifras totales de 2022 no serán tan positivas como las de 2019. ¿El motivo? En el sector se da por hecho que las aerolíneas introducirán tasas más altas por el coste del carburante, que representa el 40% del precio del viaje y repercute en el precio total, con lo que la inflación terminará socavando la demanda.

«La pérdida de poder adquisitivo por la inflación va a tener su efecto en los viajes», sostiene Garrido, que insiste en que el precio de la subida del combustible tiene una incidencia directa en los precios y que, por tanto, habrá un parón. Gallego coincide con esa idea y cree que esas alzas en los precios afectará al negocio «más a final de año», con lo que muchos clientes podrían renunciar a los viajes en Navidad.

Asimismo, el primer trimestre del ejercicio se vio penalizado por la incidencia de la variante ómicron y las agencias apenas facturaron, subraya Garrido. Por otra parte, los viajes de negocios se han recuperado, pero no al 100%, y el turismo de reuniones y congresos evoluciona lento porque su organización se hace con una antelación de al menos un año, agrega.

En resumen, el verano de 2022 cuenta con positivas perspectivas, pero el negocio en el conjunto del año tendrá que soportar el lastre de la inflación.

 

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