Economía
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Los administradores concursales prevén una ola de quiebras de empresas en el cuarto trimestre

Las empresas españolas llevan dos años de pandemia a sus espaldas y no acaban de ver la luz. Sus cuentas empezaban a notar cierta recuperación, pero el alza de los costes energéticos y la invasión de Ucrania, con la desaceleración económica que ello implica, ha sido la puntilla. Tanto es así, que los administradores concursales ya prevén una ola de quiebras para el cuarto trimestre. Y mientras, el Gobierno se sigue cerrado en banda a bajadas de impuestos que den algo de oxígeno al tejido empresarial español en esta comprometida situación.

«Las empresas están absolutamente exhaustas», asegura Unai Olabarrieta, vicepresidente de Asociación Española de Administradores Concursales (ASPAC), en una entrevista con OKDIARIO. «En mi despacho, cada día tenemos un montón de llamadas de empresarios preguntando porque se les acaba la carencia del ICO y no tienen dinero para pagar», apunta.

El número de empresas que lo están pasando mal es «muy significativo», pero en este momento están «anestesiadas» por los préstamos otorgados durante el Covid y porque no hay obligación de presentar concurso por las moratorias que se han aplicado, explica. Muchas de ellas aún tienen en marcha Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. «Sobreviven porque han recibido ayudas públicas, pero su competitividad es nula. Bajarán la persiana y desaparecerán», vaticina. «El problema es que no vamos a ser capaces de anticiparnos».

Por tanto, si los fundamentales de la economía no cambian -y no se produce pronto una reducción de la desbocada inflación-, las pequeñas empresas van a ser las que más sufran, sobre todo en el último trimestre del año. «Nuestro tejido empresarial está compuesto por micropymes, con menos de 10 trabajadores, una cifra de negocio con menos de dos millones de euros, que no tienen ninguna capacidad para afrontar los problemas que se están viviendo ahora mismo, con un IPC del 9,8%. A quién le toque revisión de alquileres de negocio… tendrá que afrontar costes muy superiores», advierte Olabarrieta, que espera que la tasa de inflación aún suba algo más. «Un IPC del 10% con una tasa de crecimiento del 5%, supone que estamos cayendo un 5% en términos netos», señala.

«Necesitamos frenar el IPC, pero eso conlleva unas políticas complicadas de tipos de interés que frenan la economía y pueden perjudicar también. Estamos en una situación complicada», agrega.

Olabarrieta teme por el momento que estas miles de empresas tengan que enfrentarse a la realidad, a una coyuntura económica en la que no sean capaces de ganar dinero ni de seguir endeudándose, sobre todo porque «sus avales son bienes personales». «El resultado será una mayor destrucción de empleo asociada a estas quiebras», pronostica.

Sin embargo, denuncia que esta situación era «relativamente previsible», ya que el precio de la energía eléctrica, uno de los grandes problemas que ahora mismo tienen las empresas, «ha aumentado no a raíz de la guerra, sino que se venía gestando ya el año pasado». En ese contexto, reclama «medidas serias» del Gobierno y aboga por una bajada tanto de la fiscalidad indirecta como de los tributos que gravan la electricidad y los hidrocarburos, aunque cree que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya va demasiado tarde en la solución de esta crisis.

En el primer trimestre se registró un incremento interanual de los concursos empresariales del 3,5%, hasta los 1.633, según un estudio realizado por Informa D&B. Asimismo, en marzo se encadenaron cuatro meses consecutivos de subida. Del total de concursos iniciados en el tercer mes del año, el 85 % son microempresas, un 12 % corresponde a pequeñas empresas, un 2 % a medianas y solo dos a grandes empresas, de acuerdo con estos datos. El 67 % de los concursos declarados en el primer trimestre supusieron la liquidación de la empresa.