Adiós a los cajeros tradicionales: el cambio ya ha llegado a España y así te afecta


Desde el pasado 28 de junio de 2025, España ha comenzado a vivir un cambio significativo en el modo en que se utilizan los cajeros automáticos, una transformación que va más allá de una simple actualización tecnológica. Esta modificación nace como respuesta a una necesidad urgente de garantizar que cualquier persona, independientemente de sus capacidades físicas, visuales, auditivas o cognitivas, pueda utilizar de manera autónoma y segura los servicios bancarios.
Con la entrada en vigor de la Ley de Accesibilidad, los bancos han empezado a implementar cajeros automáticos mucho más inclusivos, que ofrecen múltiples opciones para facilitar la interacción con el usuario, adaptándose así a las particularidades de cada persona. La ley establece que los cajeros que se instalen a partir de ahora deben cumplir con ciertos requisitos mínimos de accesibilidad, mientras que los dispositivos ya existentes cuentan con un periodo de transición para adaptarse.
Transformación en los cajeros automáticos en España
Hasta ahora, muchas personas con dificultades visuales, auditivas o de movilidad se enfrentaban a numerosos obstáculos para utilizar un cajero, lo que limitaba su independencia y les obligaba a depender de terceros para realizar operaciones básicas como sacar dinero en efectivo. Ahora, esta situación empieza a cambiar radicalmente gracias a la obligación que tienen los bancos de instalar terminales accesibles que se adapten a las necesidades de todos los usuarios.
Uno de los cambios más visibles en los nuevos cajeros es el rediseño de las pantallas, que ahora muestran un contraste mucho más alto entre texto y fondo, además de tipografías más grandes y claras. Esto facilita la lectura para personas con baja visión o dificultades visuales leves. Por otro lado, los cajeros también incluyen sistemas de guía por voz que permiten escuchar instrucciones detalladas, con la opción de conectar unos auriculares para mantener la privacidad durante la operación. Esta función es clave para usuarios con discapacidad visual, pues les proporciona una autonomía nunca antes vista en estos dispositivos.
Además, se han adaptado los botones físicos para que resulten más fáciles de identificar al tacto. Incorporan marcas en braille y formas diferenciadas, permitiendo que personas con discapacidad visual o motriz puedan usar el teclado sin ayuda externa. También se ha trabajado en la accesibilidad física del cajero, ajustando la altura y la disposición de los elementos para que sean cómodos y accesibles para los usuarios en silla de ruedas.
Finalmente, se ha simplificado la interfaz, pensando especialmente en personas mayores o en quienes tienen menos experiencia con tecnología, para que la interacción sea fluida y clara.
Un compromiso con la igualdad y la autonomía
Estas modificaciones no surgen de la nada, sino que responden a una demanda social histórica, además de a una obligación legal que se traslada desde las instituciones europeas a los países miembros. La Ley de Accesibilidad en España se alinea con la Directiva Europea de Accesibilidad, que pretende un mercado único en el que todos los productos y servicios fundamentales sean utilizables para cualquier persona, sin importar sus limitaciones físicas o sensoriales.
Aunque algunos cajeros ya contaban con ciertas ayudas para personas con discapacidad, no existía un estándar uniforme ni obligatorio, lo que provocaba grandes diferencias entre una entidad bancaria y otra. A partir de ahora, la ley establece claramente los mínimos que deben cumplir todos los nuevos cajeros instalados, garantizando así una experiencia homogénea y justa en cualquier parte del territorio nacional. De esta forma, se refuerza el derecho de las personas a acceder a servicios básicos sin barreras, un avance que repercute directamente en su calidad de vida.
Este compromiso con la igualdad también se traduce en un impacto positivo para otros grupos como los adultos mayores, quienes a menudo enfrentan dificultades con la tecnología moderna. La ley obliga a que la interfaz sea amigable, con instrucciones claras y accesibles, lo que facilita que estas personas puedan realizar sus operaciones de forma independiente, sin tener que depender de familiares o empleados del banco.
Impacto económico y logístico para la banca
La implementación de estas medidas supone un gran reto para las entidades financieras, ya que deben renovar o actualizar progresivamente sus equipos para cumplir con la normativa. Mientras que todos los nuevos cajeros instalados a partir del 28 de junio de 2025 deben cumplir con las nuevas condiciones desde el primer día, los cajeros antiguos cuentan con un periodo transitorio para su adaptación hasta junio de 2030, siempre que tengan menos de 10 años de antigüedad.
Esta obligación representa una inversión considerable para la banca, que tendrá que destinar millones de euros a modificar o reemplazar sus terminales. Además, la ley contempla sanciones severas para quienes no cumplan los requisitos en tiempo y forma, con multas que podrían llegar hasta un millón de euros en los casos más graves. Este marco sancionador busca garantizar que las entidades no demoren innecesariamente la adaptación y prioricen la accesibilidad de todos los cajeros en España.