Zidane, a un paso de hacer historia en la Champions League

Zinedine Zidane llegó al banquillo del primer equipo del Real Madrid en enero de 2016, hace ya dos temporadas y media. En ellas, al francés le ha dado tiempo a llegar hasta tres finales de Champions League consecutivas. Una detrás de otra. El mago de la roulette ya sacó a relucir su chistera vestido de corto, pero ahora también lo hace cuando luce de etiqueta.

El 9 de julio de 2006 se retiraba del fútbol profesional Zinedine Zidane. Lo hacía en el equipo de sus amores, el Real Madrid, tras cinco temporadas con más de 200 partidos, casi 50 goles y más de 60 asistencias a sus espaldas. En la retina de todos quedará aquella volea antológica ante el Bayer Leverkusen en la final de la Champions League tras ese globo de Roberto Carlos desde el perfil izquierdo. El francés asentó sus pies al suelo, hizo un giró preciso de su cintura, y conectó el mejor disparo que se recuerda en una final europea para dar la Novena al equipo blanco. Vellos de punta al recordar un gol que no entiende de colores, sólo de fútbol.

Aunque todos pensaban que a Zizou le quedaba cuerda aún, el francés decidió cortar su carrera antes de que algo fallara. Su retiro no quedó desligado ni del fútbol ni del Real Madrid. Con el título de entrenador en el bolsillo, le llegó su primera oportunidad de la mano de Carlo Ancelotti para acompañarle en el banquillo del primer equipo de la casa blanca en 2013. La relación del marsellés con la Champions League queda evidente que es especial. Aquella misma temporada, el Real Madrid volvía al olimpo de Europa levantando la Décima orejona. Casualidad o no, ahí aparecía de nuevo él.

Sustituye a Rafa Benítez

En la temporada 14/15 le llega la oportunidad de estar al frente de su primer equipo. La Fábrica le llama y se encarga de conducir y pulir a los canteranos del Real Madrid Castilla. Su periplo con el fútbol base acaba con la destitución de Rafa Benitez en enero de 2016. Desde ese momento, la leyenda de Zinedine Zidane seguiría escribiendo capítulos en la máxima competición europea, capítulos épicos, con un desenlace que parece repetirse en cada temporada.

De padres argelinos, se ha convertido en los últimos años en un entrenador de élite por méritos propios. No fueron pocas las dudas que generó cuando se le otorgó el cargo. Zizou se ha destapado como un gestor de grupo excelente, y es que una plantilla como la del Real Madrid, de primerísimo nivel, no es sencilla de llevar. No vale cualquier técnico para lidiar con los perfiles tan dispares que se puede encontrar en un vestuario como el blanco.

“Es la verdad. Viví 18 años desde dentro con muchos entrenadores, muchos jugadores y mucho ego. Conozco muy bien un vestuario y conozco muy bien como funciona la cabeza de un jugador”, explicaba días atrás el francés, y proseguía: “Eso es importante, pero no es lo único. Por detrás hay mucho trabajo. A lo mejor no soy el mejor entrenador tácticamente, pero tengo otra cosa. La ilusión y la pasión vale mucho más”.

La Champions, entre ceja y ceja

Pero el francés lo hizo. En su primera media temporada llevó al equipo hasta Milán para certificar la Undécima tras esa tanda de penaltis de infarto. Los merengues tenían a su talismán, estaba en el banquillo. 

Si en media temporada logró levantar la Undécima y pelear hasta el final por el título de Liga, en su segundo curso, éste completo, logró silenciar a todos los que tildaron al azar de lo conseguido por el francés. A la Supercopa de Europa le siguió el Mundialito de Clubes, le acompañó el trigésimo tercero título de Liga y lo cerró con la Duodécima tras la exhibición de Cristiano Ronaldo. Zinedine Zidane lograba su segunda orejona consecutiva y hacía doblete, campeón nacional y europeo, con el Real Madrid, algo que no lograba desde 1958. Más historia, más récords.

Zizou ya se ha colgado a su espalda esta temporada la Supercopa de España, de Europa y la Copa Mundial de Clubes. Ahora tiene a su alcance aumentar más aún su leyenda con otro título de Champions League, el tercero consecutivo. 

Ya lo decía días atrás Xabi Alonso: “Me deja sin palabras que en dos temporadas y media pueda ganar tres Champions. Te lo cuentan hacen unos años y dirías que eso es imposible. Probablemente no se está valorando lo suficiente”. Y es que nunca hay que desconfiar del mago francés, su historia habla por sí sola.