Verstappen reafirma su mayoría absoluta y Alonso cosecha su peor resultado del año
Max Verstappen es el gobernador absoluto de la Fórmula 1 y lo ha vuelto a demostrador con su séptima victoria consecutiva en el Gran Premio de Hungría. La undécima carrera del Mundial fue un tostón y solo sirvió para confirmar todas las encuestas: el subidón de McLaren, con Lando Norris segundo y Oscar Piastri quinto, y el bajón de los pilotos españoles, condenados a contemplar de lejos la pelea por los primeros puestos. Octava posición para Carlos Sainz y novena para Fernando Alonso, su peor resultado de todo el año. Ni Ferrari ni Aston Martin están para más ahora mismo…
A Verstappen no la va la democracia (deportiva) y lo suyo se asemeja cada vez más a una dictadura. Este domingo partía en segunda posición, pero se lanzó a la yugular de Lewis Hamilton en cuanto se puso el semáforo en verde, le arrebató el liderato y ya no lo soltó hasta ver la bandera cuadros. 44º triunfo en la Fórmula 1 del holandés, cuya candidatura al título ya no tiene rivales. Sergio Pérez firmó una notable remontada hasta cerrar el podio, pero su desventaja con el liderato sigue creciendo.
Un domingo más, la carrera se dividía en dos: el paseo militar de Verstappen y la que disputaban todos los demás. Esta sí que está cada vez más animada, sobre todo con la resurrección de McLaren, que comenzó en Silverstone y ha sido ratificada en Hungaroring. De golpe y porrazo, los coches papaya son los segundos mejores solo por detrás del intocable Red Bull. Hace unas semanas, sudaban sangre para rascar algún puntito. Ver para creer.
McLaren le ha arrebatado la vitola de equipo sorpresa Aston Martin en un sorprendente juego de vasos comunicantes. Por tercera carrera consecutiva, Fernando Alonso no pudo ni oler al podio, ese lugar al que se había vuelto a acostumbrar de manera inaudita. ¿Se le ha acabado la magia a la escudería británica? Cómo saberlo en un Mundial donde la única certeza es el dominio de Verstappen. El asturiano pilota ahora mismo el quinto coche más rápido de la parrilla, cuando hace poco parecía el segundo. El 33 vuelve a ser un número más, condenado al anonimato. Se apagó el mantra.
Ferrari tampoco levanta cabeza
¿Y Sainz? Pues pocas novedades, también… Protagonizó una salida furiosa, ganando cinco puestos de una tacada para colocarse sexto, y estuvo toda la tarde peleando con su compañero por conservar esa posición. La enésima jaimitada de Ferrari, en forma de pésima parada en ‘boxes’ de casi diez segundos con el coche de Leclerc, dejó por delante a Sainz. Después, el monegasco recuperó la posición con un sospechoso undercut, pero también fue sancionado con cinco segundos por exceso de velocidad en el pit lane. Ni con esas pudo recuperar la posición el madrileño. Siete décimas le faltaron. Encima fue adelantado por Russell. Migajas, en cualquier caso, para Ferrari, el cuarto equipo a día de hoy…
Ese es el triste panorama para la afición española de un Mundial que comenzó pleno de ilusión y se va desinflando domingo a domingo. El próximo fin de semana se disputará el Gran Premio de Bélgica, última carrera antes del parón veraniego que cogerá a Ferrari y Aston Martin con muchos deberes. Todo lo contrario de lo que se respira en Red Bull, que ya cuenta la friolera de 12 victorias seguidas, récord absoluto de la Fórmula 1. Murió la emoción.