Copa del Rey de Badalona

Unicaja culmina la epopeya y conquista su segunda Copa del Rey

Tyson Carter (17 puntos) y Tyler Kalnoski (14) lideran al club a un título memorable en el Olímpico de Badalona

El equipo andaluz no desperdició su gran oportunidad después de eliminar a Barcelona y Real Madrid en las rondas previas

Unicaja culmina la epopeya y conquista su segunda Copa del Rey
Guillermo Sáez

El Unicaja de Málaga se ha proclamado campeón de la 87ª edición de la Copa del Rey ante el Lenovo Tenerife (80-83). Un título memorable, el segundo para el club andaluz y uno de las más merecidos en toda la historia del torneo después de haberse cepillado previamente a Barcelona y Real Madrid. Tyson Carter (17 puntos) y Tyler Kalinoski (14) lideraron el ataque andaluz ante un rival que no rentabilizó la actuación de Marcelinho Huertas (21), sublime a punto de cumplir los 40 años. Premio gordo y merecido al inmenso corazón del equipo entrenado por Ibon Navarro. Badalona ha sido Málaga durante cuatro días.

La mejor ventaja de toda la primera parte fueron los siete puntos que se labró el Tenerife mediado el segundo cuarto tras un parcial de 8-0 (33-26, min.16). El equipo canario tenía activados a sus tres principales referentes, Jaime Fernández, Gio Shermadini y Marcelinho Huertas, frente a un Unicaja que parecía algo cansado tras sus dos machadas previas en esta Copa y al que le costaba engrasar ataques fluidos.

Pero si algo ha demostrado el equipo malaguerño durante este fin de semana en Badalona es el inmenso corazón que atesora. A base de atacar como posesos el rebote ofensivo, los jugadores de Ibon Navarro se agarraron al encuentro y lograron empatarlo justo antes de que Marcelinho anotara la segunda mandarina casi desde su Brasil natal. Lo del brasileño con los tiros sobre la bocina es algo sobrenatural. Kalinoski suplía al desacertado Brizuela y el Unicaja llegaba al descanso en plena pomada sin haber desplegado su mejor juego (39-37).

Corazón verde

El Unicaja enseñó la patita al principio de la segunda mitad aprovechando la aparición de Brizuela (39-44), pero cuando por fin parecía resurgir el Tenerife le propinó un estacazo de los gordos. El palo lo asía Marcelinho, por supuesto, artífice del furioso parcial de 14-0 que se apuntó el equipo aurinegro, amenazando con romper la cuerda que sujetaba a su rival al encuentro (54-44, min.25).

Pero anda que no le gusta al Unicaja navegar en aguas turbulentas. Una vez más, y ya iban unas cuantas en esta Copa, se levantó de la lona. Lo hizo a base de triples, los que firmaron Kalinoski y Carter, para encender a la afición verde, mayoritaria en el Olímpico de Badalona. Los exteriores estadounidenses se aliaron para firmar la igualdad total en el marcador antes del último cuarto (60-60).

Tras unos minutos de equilibrio total en el periodo final, dos triples seguidos protagonistas inesperados, Barreiro y Osetkowski, colocaron al Unicaja en una posición inmejorable para llevarse el título (69-77 con 3:09 por jugar). El corazón verde latía a toda pastilla y el canario sufría una arritmia en el peor momento, a falta de comprobar si era definitiva.

Alberto Díaz, el novio de España desde el memorable Eurobasket 2022, tocó a rebato para cerrar el partido a base de intensidad defensiva. El base robó un balón y regaló a Osetkowski un contraataque que sonó a aldabonazo definitivo (72-80 a falta de 1:15). Así fue. Marcelinho se quedó sin tiempo ni conejos en la chistera y el Unicaja no sufrió en las últimas posesiones para emular el éxito de 2005, cuando levantó su primera y última Copa hasta la fecha. Ya son dos.

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