Todas las miradas empiezan a dirigirse hacia Simeone

El mal rendimiento del equipo fuera de casa es una constante que se repite año tras año

De los diez últimos partidos de Champions jugados lejos del Metropolitano se han perdido siete

El Cholo parece más errático que nunca: cambios de sistema constantes, sin un once definido, posiciones que bailan...

Simeone
Simeone, yendo a una rueda de prensa.
Tomeu Maura

En el análisis del desastre de ayer del Atlético en Lisboa todas las miradas empiezan a dirigirse hacia Simeone. El mal rendimiento del equipo fuera de casa es una constante que se repite año tras año y que el entrenador argentino no sabe cómo atajar. Los números hablan por sí solos: de los diez últimos desplazamientos en Champions sólo se ha ganado uno, ante el Feyenoord, un comparsa en Europa, mientras que se han sufrido siete derrotas. El problema, sin embargo, es mucho más profundo: el Cholo parece mas errático que nunca, con cambios de sistema constantes, sin un once definitivo y con jugadores variando su posición semana sí, semana también.

Los goles en los descuentos, que han supuesto ya siete puntos (dos ante Athletic, dos ante el Leipzig, dos ante el Celta y uno ante el Real Madrid) están enmascarando una crisis larvada desde la primera jornada de Liga. El Atlético ha invertido 200 millones de euros en el mercado de fichajes, pero su rendimiento está a años luz del esperado y ahí la responsabilidad de Simeone es innegable. Tras diez partidos oficiales sigue sin dar con la tecla,

Nunca como hasta ahora se le había visto tan desconcertado, con decisiones que cuesta entender. Sacó de la banda a Llorente, que estaba siendo el mejor carrilero de la Liga, con goles y asistencias, para meterlo en el centro del campo, donde su rendimiento ha bajado de manera alarmante, a fin de hacerle sitio a Nahuel, cuyo trato de favor sienta un agravio comparativo con el resto de la plantilla; a Gallagher lo ha movido ya a todas las posiciones posibles del medio campo; a Julián lo ha desplazado a la izquierda; ha utilizado a su hijo Giovani pegado a una banda; no tiene ningún criterio reconocible con Sorloth y el colmo fue ayer sacar al campo para un partido de estas características a Javi Serrano, que no había jugado un solo minuto, mientras que Galán, que dio el pase del empate a Correa ante el Real Madrid, estuvo los 90 minutos en el banquillo.

Dentro del club empieza a haber voces muy críticas ya hacia Simeone, al que acusan de haberse quedado anticuado, sobre todo en su manejo de los partidos fuera de casa y lo cierto es que, habida cuenta de los resultados, es difícil negar que ahí hay un problema grave. Y todo esto, a cuatro días de jugar en Anoeta ante la Real Sociedad y con el siguiente desplazamiento en Champions a París para verse las caras con el PSG de Luis Enrique. La amenaza de una crisis gigantesca vuelve a sobrevolar el Metropolitano cuando ni siquiera se ha cubierto una cuarta parte de la temporada. Hay tiempo para revertir la situación, pero el primero que debe reflexionar es el propio Simeone, que es el que parece más perdido de todos.

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