Indy 500

Takuma Sato gana la Indy 500 en el último desastre de McLaren con Fernando Alonso

fernando alonso
Fernando Alonso no pudo hacer nada por culpa de McLaren. (Getty)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

A la tercera no fue la vencida. Fernando Alonso deberá esperar –como mínimo hasta 2023– para intentar ganar su ambicionada triple corona. El asturiano sobrevivió en unas accidentadas Indy 500, pero no pudo competir en ningún momento por el triunfo con el vencedor Takuma Sato. El asturiano, cuando mejor estaba, se encontró con una esperpéntica parada en boxes de McLaren perdiendo una vuelta con sus rivales y llegando al final sin ninguna opción de victoria finalizando vigésimo primero.

La buena noticia reside en que Fernando Alonso se ha liberado de McLaren tras mas de un lustro de desdicha y desgracia. La última carrera del asturiano con los británicos se convirtió en un ejercicio de impotencia que le dejó sin protagonismo en la carrera. El bicampeón de Fórmula 1 y las 24 horas de Le Mans se guardó todo para las últimas 50 vueltas y cuando intentó apretar se encontraba a un mundo de sus rivales, al tiempo que el otro español en liza, Alex Palou, se estrellaba antes de los envites decisivos.

La Indy 500 volvió a demostrar ser una prueba de pura supervivencia en donde 33 coches luchan por ser el mejor en 200 vueltas. Da igual ir primero al principio, lo importante consiste en estar colocado en una buena posición para las últimas vueltas. Alonso sobrevivió a múltiples accidentes y eso que iba en mitad del pelotón, pero todo se puso en contra en el ecuador de la carrera.

El asturiano había conseguido subir 11 posiciones desde el puesto 26 en el equipo salía. El plan iba sobre ruedas cuando en torno a la vuelta 120 se detenía en su box. Los británicos cometieron un error en el repostaje que obligó a Fernando volver hacía atrás empujado por sus mecánicos. La cosa se ponía imposible porque una vez que te doblan en Indianápolis remontar se convierte en un carambola.

Fernando lo intentó. No en vano, estuvo aguantando de tú a tú al segundo clasificado Dixon durante una largo stint, pero eso no le sirvió para desdoblarse. Por si fuera poco, en su última entrada en box, Alonso accedió con el modo emergencia activado sin poder cambiar de marcha. El asturiano, desesperado, evitó otro doblaje, pero tuvo que hacer un último parcial de 50 vueltas a medio gas que le impidió cualquier atisbo de mejorar su posición. Con llegar a la meta, era un éxito porque ni podía entrar en boxes.

A cuatro vueltas del final, Pigot –en la séptima bandera amarilla de la carrera– padecía un brutal accidente que obligaba a los pilotos a entrar en meta tras el safety-car. El japonés, que ganó por primera vez en 2017 la Indy 500 tras el abandono de Alonso cuando iba primero, se encontró la fortuna de cara en esta ocasión, a diferencia del español. Fernando tendrá que esperar a otro momento para ganar, pero lo que ha podido aprender de esta carrera es que los veteranos también triunfan. Sato lo ha conseguido con 43 años.

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