«Sólo tenemos un problema: Honda»
En la enormidad de la idiosincrasia de Fernando Alonso se encuentra una inteligencia sublime, capaz de calmar a una jauría ardiente de periodistas con un par de palabras. Un estadio a reventar pidiendo una respuesta ante los constantes problemas de McLaren-Honda, y el asturiano, lejos de arrugarse, sacó la mano y pidió calma con su voz.
Conocedor de las debilidades del enfermo, buscó una solución práctica, sincera, ante la avalancha: tarde o temprano acabarán siendo competitivos. «Quiero ganar carreras y hacer podios, estoy confiado de que este año seremos competitivos», decía Fernando en un alegato más que esperanzador. Pero lo visto en los test era de una disparidad demasiado aguda. Honda tenía que irse a la cama calentita.
Le preguntaron por el chasis y aprovechó para contar una verdad que, en boca del piloto, suena más fuerte: «Es complicado porque no estamos empujando al máximo como el resto por la falta de potencia. El chasis parece bueno, todo responde bien a los cambios, funciona bien, estoy feliz por como se comporta el coche, como ataca las curvas, estoy disfrutando pilotando este coche. Sólo tenemos un problema: la unidad de potencia. No hay ni fiabilidad ni rendimiento».
Y es que ni Alonso sabe entrar en el paradigma de la comlejidad en el que se encuentra el motor: “No sé donde estamos perdiendo potencia. Es una pregunta para Honda. Todavía no soy ingeniero, quizá en el futuro, pero no lo sé. La solución es desbloquear la potencia del motor, si es que está ahí». Un final de contestación que lo dice todo: si es que está ahí…