El rumor homófobo que derrumbó la carrera de Dwight Howard en la NBA

dwight howard
Dwight Howard protesta una acción en su último equipo en la NBA. (AFP)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

«No soy gay». Dwight Howard, uno de los jugadores más brillantes de la NBA hasta 2012, ha visto cómo su carrera en la mejor liga de baloncesto del mundo ha caído en picado por culpa de un rumor. El pívot, señalado como el sucesor natural de Shaquille O’Neal, ha vivido un calvario en los últimos años llegando a vestir la camiseta de seis franquicias diferentes.

En lugar de saberse el origen del problema, a Howard se le catalogó dentro del mundo NBA como «un cáncer en el vestuario». Su actitud en algunos momentos tampoco ayudó. Traicionó a Orlando, equipo con el que llegó a las finales de la NBA en 2009, para fichar por los Lakers. En California vivió un infierno porque los resultados deportivos fueron malos y no quiso renovar por un desencuentro con Kobe Bryant.

De aquel envite, Howard se llevó la etiqueta de jugador poco competitivo, pese a lucir un físico herculino. Se fue a Houston y las cosas allí no mejoraron mucho enfrentándose con Harden. Se desconoce la fecha exacta de inicio del rumor homófobo que le convirtió en gay a ojos del resto de la NBA, pero todo se inicio en 2013 –momento en que Jason Collins fue el primer jugador en activo en declararse gay–. Muchos esperaron a Howard, pero no movió ni un dedo porque no tenía nada que decir.

Mientras tanto, el rumor de que Howard había tenido una aventura continuada con el transexual Masin Elije se expandía como la pólvora. Era una situación incómoda porque lejos de achantarse, el presunto amigo del pívot decía que le acosaba, amenazaba y manipulaba. El jugador, en lugar de coger el toro por los cuernos, hacía oídos sordos.

De jugar All-Stars año sí y año también, Howard pasó a ser un jugador estacional que iba de equipo más malo a otro peor. Atlanta, Charlotte o Washington le han visto vestir su camiseta en el último trienio. Su valor es nulo en el mercado actual y tras recalar en los Memphis Grizzlies, el pívot de 2.08 metros ha estallado.

«He visto todo el odio, odio en estado puro, de gente que ni siquiera conozco. Y creo que al final todo esto me ha liberado porque he visto cómo se siente mucha gente. La gente tiene miedo de ser quien es realmente. Tienen miedo de dar un paso al frente y ser como son porque están asustados por lo que los demás pueden decir o pensar de ellos. Esta situación me ha hecho darme cuenta de que no quiero ser así. Quiero ser libre», dijo sobre el calvario que se ha llevado por delante una de las carreras más prometedoras de la NBA.

De ser campeón olímpico con Estados Unidos y ocho veces All-Star a que nadie te quiera en la NBA. Nunca es tarde para intentar cambiar, pero un rumor posiblemente ha privado a los aficionados de uno de los mejores jugadores del mundo durante años.

Lo último en Deportes

Últimas noticias