La regla más desconocida que podría cambiarlo todo en la Fórmula 1
Los motores de los monoplazas de Fórmula 1 estarán congelados hasta 2026, lo que puede ser decisivo para los próximos Mundiales
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El Mundial de Fórmula 1 2022 está a punto de arrancar. Las escuderías ultiman los últimos detalles y cada presentación de los monoplazas genera una expectación brutal entre todos los amantes de este deporte. El campeonato se prepara para vivir una transformación brutal en el que todos los coches y pilotos tendrían que estar más igualados con cambios como el famoso efecto suelo, que vuelve a los diseños de los vehículos después de 40 años prohibido.
El cambio de tamaño de neumáticos, el mencionado efecto suelo, los nuevos alerones delanteros y traseros, además de otros numerosos cambios, serán los protagonistas en este Mundial de Fórmula 1 2022. Pero una de las grandes normas de las que no se habla tanto y que puede ser fundamental para los próximos campeonatos del mundo estará en el motor, ya que cuando comiencen a rodar los monoplazas las escuderías no podrán cambiarlos hasta 2026.
Que se congelen los motores tantos años puede marcar el devenir de estos Mundiales próximos. La línea entre equivocarse y acertar es tan delgada que se podrán apreciar cambios sustanciales entre las escuderías más modestas para tratar de luchar de tú a tú a las gigantes como pueden ser Mercedes, Red Bull o Ferrari. Además, el efecto suelo será también crucial para ver más adelantamientos y cómo los pilotos asumen más riesgos para ir superando a sus adversarios y pelear por las carreras.
Pero volviendo a los motores, la FIA es consciente de los gastos millonarios que emplean los equipos en estos aparatos y, ante la crisis económica, han decidido congelarlos hasta 2026. Con esto se rebajarán las inversiones ya que a corto plazo no podrán ser usadas y durante la pretemporada los fabricantes han puesto todos sus esfuerzos en hacer el mejor motor posible antes de que lleguen las nuevas unidades de potencia en 2026.
Muchos de los elementos que forman el motor tienen que estar listos para el 1 de marzo, fecha en la que se tienen que entregar a la FIA para su inspección y consiguiente aprobación para que ese coche y esa escudería puedan arrancar en el Gran Premio de Baréin. Los constructores apurarán hasta el último momento para encontrar esas piezas que, combinadas, le hagan ganar potencia y con el menor gasto posible de gasolina.
Algunos de los componentes, como el MGU-H (recuperador de energía cinética) y el almacenamiento de energía podrán modificarse hasta el 1 de septiembre, por lo que en estos dos elementos las escuderías tienen mucho más margen de maniobra, pero siempre respetando el número máximo permitido por temporada por la FIA.
De esta forma, los equipos llevan meses planeando y preparando el motor de la mejor forma posible porque son conscientes de que les acompañarán hasta finales de la temporada 2025. La FIA se asegura recortar esos millonarios gastos en esta ingeniería y, de paso, espera que el Mundial de Fórmula 1 2022 sea mucho más igualados gracias a la congelación de los motores hasta 2026 y por los cambios en el reglamento técnico del campeonato.