Un polvorín llamado Movistar con Nairo y Landa a punto de estallar
Movistar no aprendió mucho de la experiencia del pasado verano en el Tour de Francia. Es difícil explicar cómo el único equipo español en la carrera más importante del ciclismo mundial vuelva a apostar por una táctica que el año pasado resultó ser errónea y confusa para todos los implicados. Se llevaron la clasificación por equipos, de acuerdo, pero todos los corredores juraron en arameo que eso no podía volver a repetirse.
Un año después de aquellos sucesos, Movistar vuelve a realizar la arriesgada apuesta, aunque consolidada en que el triunfo de Richard Carapaz en el Giro quita mucha presión a la escuadra. De poco han servido los mensajes velados de Nairo Quintana pidiendo «a fieles» a su causa o el hecho de que Mikel Landa llegue cansado después de terminar cuarto en la mencionada ronda italiana. Los dos, cabezones por naturaleza, se vislumbran a sí mismos como los líderes del equipo, algo que nuevamente tendrán que pelear en la carretera con el consiguiente perjuicio del equipo.
Nairo Quintana, el Poulidor de la era Froome, ha descendido alarmantemente sus prestaciones en sus últimas tres participaciones en Grandes Vueltas. El colombiano fue duodécimo en 2017 en el Tour, décimo el año pasado en Francia y octavo en La Vuelta. Esos resultados no le hacen acreedor del enorme contrato que posee y que podría hacer que este próximo otoño se anuncie su fichaje por el Arkea francés. Su puesto era intocable hace un par de años, pero la irrupción de Carapaz ha dejado a Nairo descompuesto y sin apoyos en el equipo.
Landa, por su parte, apunta también lejos de Movistar con medio pelotón suspirando por la versión inspirada que se dejó ver en la última semana del Giro. El vasco es capaz de lo mejor y lo peor y sabe que con piernas en montaña puede hacer estragos. Quintana le mira con recelo, consciente de que no ha conseguido apuntar a sus gregarios favoritos –Anacona y Carapaz– para dejar paso a Marc Soler y Verona.
En medio de la guerra, el capitano del equipo y campeón del mundo, Alejandro Valverde, lucirá el arcoiris sin mayor pretensión que ganar etapas y ser un gregario de lujo en el momento adecuado. El murciano, sin embargo, parece registrar una mejor forma que los gallos tras haber ganado en el último mes las dos pruebas en las que ha participado, incluido el campeonato de España.
El Tour más facilón de los últimos años –sin Froome ni Dumoulin– debería contar con Quintana o Nairo como principales favoritos, pero ni uno ni otro aparecen en el top 5 en las casas de apuestas por su bajo estado de forma o por la desconfianza en que trabajarán como un equipo como sí hicieron en el Giro de Italia. La tricefalia ha vuelto tras las malas experiencias del pasado. Movistar se la juega a todo o nada.