La Policía Foral de Navarra investiga un partido entre contagiados y no contagiados por coronavirus
La Policía Foral de Navarra investiga un la convocatoria de un partido de fútbol de infectados por coronavirus contra negativos. Se han puesto a la venta entradas y los fondos irían destinados a las víctimas de la pandemia
El Grupo de Delitos Informáticos de la Policía Foral de Navarra está investigando a los responsables de la convocatoria de un partido de fútbol por redes sociales. Todo normal, salvo que lo que se buscaba eran jugadores contagiados de coronavirus, para enfrentarse a otro equipo integrado por gente que aún no lo hubiese contraído. Los encargados de realizar tal llamamiento, podrían ser acusados de un delito contra la salud pública.
Tras la pandemia, pero con los rebrotes incrementándose de forma considerable y amenazando con un retroceso en la desescalada, la Policía Foral de Navarra busca evitar otro posible foco de contagios que haga incrementar los repuntes. En los últimos días, los casos positivos se han vuelto a disparar en todo el país. En concreto, el gobierno navarro ha informado de 40 positivos activos en las últimas horas.
El partido tenía establecido ya fecha, lugar y hora. Aquellos que quisieran participar estaban citados el próximo 20 de julio, en el barrio de Mendillorri. Se formarían dos equipos, uno de contagiados por COVID-19 -sin concretarse si se trata de casos activos o no- y otro de negativos.
El encuentro, además, contaría con público. Mientras que en España el fútbol a vuelto a la actividad con los estadios cerrados para los aficionados en Primera, Segunda, Segunda B y Tercera -que inician este fin de semana la promoción de ascenso-, en este caso, se habían puesto a la venta entradas, fomentándose las aglomeraciones que pueden conllevar consecuencias fatales.
En el cartel promocional del partido se detalla que el mismo sería benéfico. El dinero recaudado por la venta de localidades iría destinado a los enfermos de la pandemia, que se ha cobrado en nuestro país la vida de más de 40.000 personas desde el mes de marzo. Una idea que, pese a su originalidad, no deja de ser un acto irresponsable y que pone en riesgo la salud de la población.