Piqué, una trituradora de entrenadores

Gerard Piqué ha destituido a tres entrenadores desde que se hizo con las riendas del Andorra

Piqué, una trituradora de entrenadores
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Gerard Piqué estrenará a su cuarto entrenador en apenas tres años como dueño del Andorra FC. El presidente del grupo Kosmos designó al antiguo entrenador asistente de Quique Setién, el mediático Eder Sarabia, como el encargado de reconducir el rumbo de un club que no ha obtenido los resultados esperados en Segunda B.

El defensa del Barcelona compró el club a finales de diciembre de 2018 e inmediatamente rescindió el contrato del técnico Richard Imbernón. Gerard no quería saber nada del técnico designado 191 días antes para gestionar la temporada 2018/19 y se trajo a los ex técnicos de La Masía, Gabri García y Albert Jorquera para que se hiciesen cargo de implantar el estilo Cruyff en el club.

Los primeros meses fueron sobre ruedas para el equipo. Los resultados acompañaban y hasta subieron dos categorías alcanzando la Segunda B en el verano de 2019 tras comprar la plaza del Reus. Piqué estaba recibiendo el aplauso unánime por los resultados y hasta por sus grandes gestos como gestor fichando al hijo del malogrado Tito Vilanova, Adrià Vilanova, para completar la zaga del club cuando se quedó en paro.

Los resultados, sin embargo, empezaron a torcerse a finales de 2019. El Andorra, que había liderado el grupo 3 de Segunda B, entraba en una mala dinámica y Piqué empezaba a hacer cosas de presidentes de otra época enchufando al sobrino Shakira, Tarik Antonio Mebarak, para jugar con el equipo filial del club.

A Piqué le faltó paciencia con un Gabri al que se cargó el 26 de febrero de 2020. El que iba a ser bandera de un proyecto a largo plazo con el gusto por el buen fútbol por bandera le duró 423 días y con el consiguiente calentón del técnico. «Me costó entender la decisión, una decisión que fue de Piqué, evidentemente. Perdí esos tres partidos y entendieron que debían cesarme. Me dijeron que no me veían capaz de revertir la situación para meter al equipo en play-off. Ese equipo se había hecho en dos semanas, estaba diseñado para jugar en Tercera e intentar luchar por el ascenso a Segunda B era poco realista», dijo el técnico.

Al central le había entrado por el ojo un nuevo entrenador. Se trataba de Nacho Castro, el técnico del Horta, a quien sacó directamente de su contrato en vigor con el club barcelonés para llevárselo a Andorra. El técnico ha aguantado en el cargo 327 días dejando al club en segunda posición del grupo 3 A de Segunda B. Pese a los esfuerzos, con fichajes de renombre como el ex de Primera Martín Mantovani, Piqué no ha terminado nada contento con la labor de Castro y ha decidido poner en su banquillo a su cuarto entrenador en tres años.

En esta ocasión, se ha decantado por el mediático Eder Sarabia, mano derecha de Quique Setién, en busca del juego bonito y de estilo Barça que con Castro no había tenido. El entrenador vasco le ha prometido que el balón será el gran protagonista en su andadura al frente del equipo, aunque veremos si esta vez le dura la paciencia a Piqué si no llegan los resultados que tanto anhela. 

El defensa culé, que actualmente está interesado con el grupo Kosmos en hacerse con los derechos de la Serie A italiana, está teniendo un comportamiento poco ejemplarizante como presidente triturando entrenadores con facilidad, enchufando a familiares en el club e incluso haciendo fichajes con mucho más nombre que rendimiento. Este fin de semana le espera a su Andorra un Espanyol B que saldrá con el cuchillo entre los dientes. Veremos si el Gerard presidente es capaz de aguantar un posible rapapolvo de sus archienemigos o Sarabia empieza como un disparo.

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