Otra vez el minuto 93
No hay minuto más especial para el madridismo que el 93. Ese que no siempre se cumple en los partidos. Ese que sólo aparece en los momentos claves. El que llena de alegría a la casa blanca. Ese que volvió a hacer acto de presencia en la vuelta de los cuartos de final de la Champions ante la Juventus para dar el pase a los blancos a las semifinales.
Tras vivir 91 minutos de angustia, -los que transcurrieron desde el primer gol de Mandzukic hasta el tiempo de los madridistas- el 93′ volvería a dar alegrías. Como en Lisboa, primera vez que fue talismán para ganar la Décima ante el Atlético, o ante el Sevilla en la Supercopa de Europa disputada en Trondheim, cuando el cronómetro anunciaba que se habían consumido tres minutos del tiempo añadido el árbitro señalaba una pena máxima que a posteriori iba a dar el billete para las semifinales al Madrid.
Era la última jugada de un partido, la prórroga asomaba, cuando Cristiano ponía un balón en el área pequeña que Lucas Vázquez tendría que haber rematado si no fuera porque Benatia cometía infracción sobre el gallego. Tras señalar la pena máxima habría una tangana que llevaría a que el gol de Cristiano fuera en el 98′. Pero antes el 93′ había vuelto a ser mágico.