Prefiere estar en el anonimato

La otra cara del fútbol: un jugador del Lleida, al borde de la indigencia, espera al servicio social

Un futbolista del Lleida Esportiu está al borde de la indigencia, vive de la caridad de algunos amigos y espera al servicio social

La situación en el club catalán es crítica y el propio entrenador entiende que los jugadores se marchen del equipo porque no están cobrando, de ahí que se den casos como el de este futbolista, que prefiere mantenerse en el anonimato

Un once del Lleida Esportiu.
Un once del Lleida Esportiu.

En el mundo del fútbol no todo son salarios astronómicos, títulos, flashes, focos, cámaras, anuncios… Eso lo disfrutan los más privilegiados, pero en el fútbol modesto muchos se buscan la vida para vivir haciendo lo que aman, practicar este deporte.  Y a algunos futbolistas incluso les es difícil vivir dignamente, como es el caso de un jugador del Lleida  Esportiu, club que milita en la Segunda RFEF. 

Tal y como informa el diario Segre, este futbolista, que prefiere mantenerse en el anonimato, está al borde de la indigencia. Debido a la grave situación económica de la entidad y a los repetidos impagos, se ha visto obligado a pedir una prestación y vive de la caridad de varios amigos a la espera de que el servicio social le dé una respuesta en firme sobre esa ayuda que ha solicitado para sus gastos básicos.

Habla su entrenador

«Entiendo perfectamente a los jugadores que quieran marcharse. Hay quienes están al límite y puede ser que aparezcan más que quieran irse. Yo siempre los respetaré», dijo recientemente el entrenador del Lleida Esportiu Gabri García, alertando de la situación límite que atraviesa ese vestuario debido a los retrasos en los pagos por parte del club.

El caso más llamativo es el del citado futbolista, al que llegaron a cortar la luz durante cuatro días y pudo aplazar otros avisos de corte, así como también del teléfono. El jugador ha denunciado al Lleida Esportiu señalando que “durante la temporada anterior los pagos llegaron tarde, irregulares y por partes, nunca realizando transferencia al día por el importe total de mi nómina. Esta situación fue causando retrasos en todos mis pagos personales. A fecha de hoy el club me debe una cantidad de la temporada anterior y las nóminas íntegras de julio, agosto y septiembre».

“Llevo once años en España pero desde que llegué al Lleida mi vida ha cambiado para mal”, dice el futbolista con los ojos llorosos explicando su situación, que espera que cambie pronto ya sea cobrando lo que le adeudan o recibiendo alguna prestación que le permita respirar.

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