Se impuso en un partido épico (6-4, 4-6, 6-2)

Nadal tumba al campeón Tsitsipas y se mete en semifinales del Masters

Rafael Nadal está en semifinales de la Copa Masters. El tenista manacorense se impuso al vigente campeón, Stefanos Tsitsipas (6-4, 4-6, 6-2) en un partido épico en el que impuso su experiencia y talento

Nadal
Nadal celebra un punto ante Tsitsipas. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El rey de la tierra quiere convertirse en maestro y no parará hasta conseguirlo. No importa la extrema calidad de los rivales, ni tampoco los altibajos en momentos decisivos. Rafael Nadal está hecho a prueba de bombas y lo demostró en la noche del jueves en Londres. El tenista español se medía al vigente campeón de la Copa Masters, Stefanos Tsitsipas, en un partido a vida o muerte del que salió vencedor (6-4, 4-6, 6-2), como tantas otras veces, a base de épica, talento y una experiencia vital en estas instancias. Las semifinales ya son una realidad para Rafa, que se medirá el sábado a Medvedev por un puesto en la finalísima del torneo de maestros de la ATP.

El partido contaba con todos los alicientes de un duelo en la cumbre, un todo por el todo entre el vigente campeón y el eterno aspirante después de 15 años de clasificaciones, frustraciones y lesiones que le han apartado de la lucha por el título. Nadal, en busca de las semifinales ante un rival al que había dominado en seis de siete partidos, pero del que no podía confiarse un ápice, sin margen ante el precipicio de la eliminación.

Uno de los alicientes del encuentro era reconocer al verdadero Rafa de la Copa Masters. Mientras frente a Rublev mostró su cara más ofensiva y agresiva, con Thiem, si bien alcanzó el notable en su rendimiento, estuvo más dubitativo, sobre todo en los momentos decisivos. El servicio debía ser su aliado en un encuentro de máximos y Nadal cumplió con su parte, manteniendo el empate después de cuatro juegos con un Tsitsipas muy inspirado, sobre todo con la derecha.

El griego es un tenista heterodoxo, con una figura de bombardero que esconde un perfil polivalente que no se muestra incómodo a la hora de defender. Sin embargo, en pista dura indoor su tenis ofensivo debía relucir si quería tener opciones, y jugando desde la línea de fondo Stefanos logró mantener a raya a un Nadal, de nuevo notable pero sin el punto de inspiración necesaria para romper el saque de su rival.

El Nadal más determinante

Rafa avisó una vez en el 3-3, donde contó con cuatro pelotas de break frustradas por un enorme Tsitsipas. El partido, que incrementaba de nivel a cada intercambio, también tuvo disputa en el siguiente juego de saque de Stefanos, que esta vez sí, iba a notar la presión con una doble falta clave para sellar el break de Nadal, quien con dos aces consecutivos amarraba de forma definitiva un primer set en el que fue brillante y, sobre todo, determinante.

El despliegue de Nadal era de un mérito absoluto, con un tenis perfecto para competir con un rival en plena forma como Tsitsipas. El segundo set continuó por los mismos derroteros, con Rafa monopolizando con su servicio y Stefanos tirando de destellos para solventar el suyo sin un quiebre que podría ser definitivo.

Así avanzó el marcador, con Rafa enlazando servicios en blanco y con un solo punto perdido en el momento de tomar la responsabilidad. Tsitsipas sobrevivía alternando golpes excelsos con fallos que le impedían igualar a los puntos con el número dos del torneo. Un mínimo detalle decidiría la manga y aunque la ventaja moral era de Nadal, Stefanos estuvo más acertado en el momento justo.

Nadal dura, y dura, y dura…

Después de desplegar un juego excelso al saque, prácticamente inquebrantable, Nadal erró en el momento justo y le dio dos pelotas de break –y de set– a Tstisipas. Eran las primeras del partido para el griego, y si bien la primera fue levantada con un remate excelso made in Rafa, a la segunda, al igual que le sucediera a Stefanos en el set inaugural, el manacorense la pifió con una doble falta que ponía la firma de su contrincante, elevando el partido a una tercera manga de tintes épicos.

El golpe había sido duro, durísimo, después de un set en el que rozó la perfección a tramos y en el que un mínimo despiste le había costado la igualada. Sin embargo, en las grandes dificultades es donde los grandes muestran su verdadera condición y Nadal, concentrado en el objetivo final y no en las piedras del camino, rompió de inicio a un Tsitsipas que aún seguía pensando en el triunfo parcial.

El break fue un oasis, ya que Stefanos, con un punto más en esos momentos, igualaba de inmediato también al resto, cargando una confianza que iba a volver a ser apagada por Nadal, el bombero del circuito, con un segundo quiebre, esta vez sí como amago del finiquito del encuentro. El bajón físico se unió al mental en Tsitsipas, que comenzaba a perder las piernas y las ideas bajo el vendaval de tenis, rozando las dos horas de extenuantes intercambios que coronaron al ganador, de apellido español y legado universal, ya con billete en el bolsillo para las semifinales del Masters.

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