Open de Australia 2019: venció en tres sets (6-0, 6-1, 7-6)

Nadal se desayuna a Berdych para entrar en cuartos

Rafael Nadal se clasificó para los cuartos de final del Open de Australia tras derrotar a Tomas Berdych en tres sets. El tenista español no dio opción a su rival en un partido de alto nivel.

Nadal
Nadal celebra una victoria en el Open de Australia.(Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Hace una semana, la expectación reinaba alrededor de Nadal debido a su ritmo de competición, alterado por unas molestias que le habían impedido reaparecer en Brisbane. El jugador balear iba a jugar en Australia sin preparación oficial y tras cuatro meses de inactividad, pero cuatro partidos después, la demostración de sus fuerzas convierte en inevitable una afirmación que parecía imposible siete días atrás. Rafa es candidato como el que más a hacerse con el Open de Australia, o al menos eso dice su juego y la victoria, contundente y aplastante a pesar del último set, ante un Tomas Berdych que no pudo rechistar ante el recital del manacorense (6-0, 6-1, 7-6 (4)) sobre a Rod Laver Arena.

El horario del encuentro, que dio comienzo a las 5:30 en España, sólo era apto para los mas valientes a este lado del planeta. Todo parecía indicar que gran parte de de los españoles, al menos los más madrugadores, desayunarían con uno de sus ídolos mientras este se jugaba el pase a los cuartos en Australia, pero Rafa se dio tanta prisa que, a la hora de despertarse, ya le había dado los buenos días a sus paisanos con los dos pies en la antepenúltima ronda del primer Grand Slam del año.

10 winners, sólo dos errores no forzados y una colección de golpes de exuberancia física convirtieron el primer set en un monólogo de Nadal, con su raqueta como único aliado y Berdych, inevitablemente, ejerciendo de víctima. En el extenso head to head de ambos jugadores, además de lo impresionante del parcial favorable de Nadal, destacan dos únicos sets decididos con 6-0. La venganza es algo que no existe en el vocabulario de Rafa, pero su juego, de forma involuntaria, parece convertirle en villano justiciero cuando se mide a Berdych con algo negativo en el recuerdo.

En el Open de Australia de 2015, el checo le apartó del cuadro en tres sets y con un doloroso rosco en el segundo, y Nadal demostró tener aún en la memoria aquel partido, jugado en la misma pista. Ya ocurrió en 2007, en Montecarlo, meses después de que Berdych se impusiese al manacorense en Madrid y se encarara con el público español, algo prácticamente imperdonable para el número dos del mundo, que utilizó la tierra del Principado como aliado para estrenarse en aquellas semifinales con un 6-0, el primero de una lista que Rafa se encargó de alargar en el soleado domingo australiano.

El calvario de Berdych podía encontrar explicación en su escasísimo porcentaje de 35% de primeros servicios, pero la verdad estaba escondida entre el juego de la máquina de Manacor, que parecía dispuesta a acabar con el partido por la vía rápida, con un ritmo de bola inverosímil y prácticamente sin errores. Teniendo en cuenta el riesgo de sus golpes, la fiabilidad del juego de Nadal resultaba sorprendente y, por supuesto, era directamente proporcional al 6-0 que campaba en el marcador.

Después de nueve juegos y con la consiguiente celebración, Berdych pudo estrenarse en el marcador, soltándose y comenzando, tres cuartos de hora tarde, a disputar el partido. Rafa no se lo había permitido y posiblemente iba a ganarle, pero el checo recordó los momentos tan negativos del pasado y decidió que, a sus 33 años, no está como para perder oportunidades de competir con los mejores en Grand Slam.

Con total certeza podemos asegurar que Nadal no se tomó como una ofensa el juego conquistado por Berdych, pero su reacción ante ese pequeño borrón en su exhibición fue del tal contundencia que de nuevo, ese jugador con camiseta sin mangas y cinta en el pelo pareció convertirse en villano de película. Después del rosco inicial, un 6-1 le acompañaba en el luminoso para poner a Nadal con un pie en cuartos de final.

Sufrimiento en el tercero

El espectáculo sólo venía de un lado de la pista, pero era digno de aplaudir por todos los presentes en la central de Melbourne Park. Ver a Nadal tan cerca de cerrar un partido a cinco sets con una escasa hora de juego disputada no es algo normal, pero su partido tampoco lo era. Berdych, ya casi acomodado en el vendaval de Rafa, trató de comenzar maquillando el choque con varios juegos de solidez a su servicio. Las opciones de romper eran nulas, pero mantenerse con vida resultaba un premio de notable importancia dadas las circunstancias.

El tercer set había cambiado el discurso, con un Berdych recordando al de sus mejores tiempos con el saque de vuelta. La versión más agresiva del checo hizo sufrir a Nadal, que levantó sus primeras bolas de break e incluso una de set tirando de su mejor golpe, una derecha que también fue argumento para cerrar el partido en el tie break y sumar unos nuevos cuartos de final en Australia, donde le espera el joven americano Tiafoe.

 

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