Medvedev despide a Nadal del Masters
Daniil Medvedev se clasificó para la final de la Copa Masters después de derrotar a Rafael Nadal (3-6, 7-6, 6-3), en un encuentro en el que supo manejarse a la perfección en los momentos decisivos. El español se despide del sueño de conquistar el Masters por primera vez en su carrera deportiva
Se acabó el sueño de Rafael Nadal en el Masters. El tenista balear vuelve a despedirse de vacío de la última cita del año y no podrá aspirar a su primer título de maestro, después de caer en una semifinal luchadísima con Daniil Medvedev (3-6, 7-6, 6-3), que supo remontar y tumbar al gran campeón español, que no pudo encontrar su juego en los momentos clave de partido. Medvedev, que había dominado con puño de hierro a Djokovic o Zverev, hizo lo propio con Nadal en un segundo y tercer set en los que se mostró más fresco y que le valen una cita con Thiem en la finalísima de Londres, mientras Nadal deberá seguir esperando.
Rafa entró al partido concentrado, sabedor de que en juego estaba mucho más que llegar a la enésima final de su carrera. La posibilidad de arribar en el partido por el título del Masters era un privilegio al que el manacorense no accedía desde 2013, donde cayó derrotado ante Djokovic, y los 34 años de su DNI le empujan al pensamiento de que no le sobrarán opciones, a priori, en lo que queda de su carrera deportiva.
El inicio debía ser de nivel alto ante un tenista que funciona a pleno rendimiento desde la primera pelota, caso de Medvedev, y Rafa cumplió con el cometido, aunque con apuros. Un juego maratoniano en el tercer juego, con servicio a favor, estuvo a punto de costarle la primera desventaja del partido pero, tres pelotas de break y varias ventajas después, el balear conseguía que el tanteo siguiera en el cauce habitual.
Medvedev es de esos tenistas con momentos de inspiración en los que alcanzan un nivel estratosférico, pero también tiene bajones que provocan una desconexión en su juego. Nadal, que había esperado su momento, salió de la cueva en el octavo juego para sacar partido de una breve pájara de su rival… que le iba a costar el set. Sin una extrema brillantez pero con la solidez suficiente, Rafa se apuntaba el parcial y quedaba a sólo uno de la finalísima en Londres.
Medvedev se levanta tras la caída
Frío como un témpano de hielo, Medvedev no iba a acusar la pérdida del 50% del partido en un abrir y cerrar de ojos. También de forma apresurada, el ruso quebró de inicio el saque de Nadal hasta colocarse sin parar en un 4-1 que le dejaba en una posición aventajada para igualar la contienda, algo que iba a aumentar con una pelota de break en el siguiente juego, con servicio de Rafa.
Sin embargo, la épica reacción del balear iba a acontecer en el O2 Arena. Sin nada que perder –en el set–, Rafa comenzó por mantener su saque y continuó con una estrategia en la que Medvedev comenzaría a entrar en la red, sumar fallos… y ver como su servicio volaba para que, acto seguido, Nadal igualara el marcador.
La victoria en el segundo de Daniil no sólo no era segura sino que su eliminación quedaba a un solo paso, pues Rafa volvía a quebrar, colocándose al saque para cerrar el pase a la final. ¿Partido visto para sentencia? No con Medvedev en pista. El ruso, heterodoxo en todos los aspectos, sacó su mejor tenis sobre el alambre y, en blanco, consumaba el contrabreak que iba a llevar, indirectamente, la decisión del set al tie break.
La merma física y mental comenzaba a hacer mella y la muerte súbita iba a destapar las vergüenzas hasta finiquitar la contienda o alargarla un set más. Nadal, aún con los dos ties cedidos con Thiem en la memoria, perdería su servicio una vez, siendo imposible recuperar una ventaja que se iba a doblar en la pelota decisiva, que le daba el set a Medvedev.
Rafa se apaga en el Masters
El surrealismo había visitado a Rafa, que en la bola clave del tie-break había errado en la definición, permitiendo llegar a un Medvedev que, con la caña, enganchaba un globo decisivo en el devenir el parcial. Sin embargo, hacer borrón y cuenta nueva está a la orden del día en el libreto de Nadal y el manacorense, visiblemente cansado, se mantenía con opciones de romper en cada juego al resto, aunque sin éxito.
La clave iba a estar en el 3-3, con servicio de Nadal, en un nuevo juego con duración exagerada y en el que el español se complicó tras dominar por 30-0. Un par de errores de decisión despertaron a Medvedev y le permitieron luchar hasta acabar quebrando, de nuevo después de un par de regalos de un jugador de extremo talento, pero al que se le empezaba a notar la carga de minutos.
Agotado, intentando acortar los puntos desde el saque y la red, Rafa no pudo llegar a su nivel de concentración habitual, algo absolutamente necesario para siquiera optar a un break que le devolviera a la pelea. Medvedev volaba desde el fondo de la pista, pelota tras pelota, intercambio tras intercambio, hasta convertirse por pleno derecho en finalista de la Copa Masters.
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