Perfeccionó su marcha tras varias descalificaciones

María Pérez, la reconversión de la bicampeona del mundo de marcha

María Pérez se ha convertido en doble campeona del mundo de marcha, en 20 y 35 kilómetros, tras reformular su estilo el último año

La ‘bonica’ reflexión de María Pérez y Álvaro Martín tras hacer historia en Budapest

María Pérez marcha
María Pérez, en el momento que logra su segundo oro. (Efe)

La marcha española está de dulce, vive momentos mágicos estos días, y uno de los motivos para ello es María Pérez. La granadina se ha alzado al cuello dos preseas de oro en los Mundiales de Budapest, la primera en 20 kilómetros y la segunda en 35, ésta con un mérito mayúscula tras los problemas musculares que sufrió en la primera prueba, con sólo cuatro días de diferencia. La de Orce ha demostrado que es la mejor especialista del planeta en esta disciplina.

Algunos consideran ya que este 24 de agosto de 2023 es el día más grande de la historia de la marcha española. El doblete de María Pérez convivirá para siempre con el doblete de Álvaro Martín, otro hito increíble. Pero la granadina tiene una historia detrás digna de contar, de superación, de reinvención, de sacrificio y pelea, de constancia y fe.

Los Mundiales de Budapest serán ya para siempre la constatación de que María Pérez antepone el éxito y la razón, incluso a sí misma. Todo el proceso que has vivido en los últimos años hasta estos días dan la razón a una parte importante de los dos oros que porta en el cuello la española, Jacinto Garzón, su entrenador, que también ha hecho funciones de consejero y hasta psicólogo.

Tras la medalla de oro en los 20 kilómetros marcha, María Pérez sufría una fuerte inflamación en la pierna izquierda –una microrotura– que hacía presagiar que no podría competir este jueves, que tendría que ceder y no competir en la prueba larga, en los 35, pese a que ella tenía entre ceja y ceja el reto. Sus físios y recuperadores le aconsejaron a la atleta que tuviera reposo absoluto durante dos días y la granadina «no me movió del hotel», obediente en las indicaciones: «He seguido paso a paso lo que me han dicho».

El martes dio sus primeros pasos y el miércoles aumentó la distancia hasta los seis kilómetros, pasó su particular test y decidió que el jueves estaría en la línea de salida para competir, para ir a por el segundo, el bicampeonato. Y así ha sido. Pelea, pelea y pelea para vencer, sin amagos de dolor y con un dominio absoluto de la prueba, María Pérez ha logrado vencer los 35 kilómetros pese a sus dolencias, sin penalizaciones, dando la razón a su entrenador y el proceso de cambios que le han llevado hasta aquí.

Y es que María Pérez, de gran carácter e ideas fijas, tras varios éxitos previos entre 2015 y 2018 en sus inicios, vivió una etapa difícil tras no cumplir con sus propias expectativas en los Mundiales de Doha, tampoco en los Juegos de Tokio pese a su cuarto puesto. Fue el pasado año cuando la competición le dio un duro golpe con dos descalificaciones, tanto en los Mundiales de Eugene como en los Europeos de Múnich.

Esto, sumado a la enfermedad de su pareja, hicieron vivir una etapa compleja a la atleta granadina, que no reconocía ni veía sus errores sobre el asfalto. Las descalificaciones que le dieron los jueces por problemas técnicos en su marcha llevaron incluso a María a pensar que estaba en la diana, fue su entrenador, Jacinto Garzón, el que medió y logro encauzar a la corredora, modificó y perfeccionó su carrera hasta encontrar un punto donde parece más ligera y acompasada, donde los jueces no ven errores. Ahí, ahí es donde se ha forjado la doble campeona del mundo en marcha.

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