Los malabares de Laporta para poder fichar e inscribir a Morata

Una de las pruebas que evidencia el cambio de paradigma que está vivienda el Barça en los últimos tiempos es el anuncio oficial de las inscripciones de los fichajes. Ya es sabido que fichar no es inscribir y por ello cada anuncio va en un comunicado diferente. Hace poco lo vivimos con Alves y Ferran y las noticias fueron celebradas con verdadero entusiasmo.

La complicadísima situación a nivel económico que vive el Barça convierte en todo un reto cada nueva contratación y en este contexto Mateu Alemany está haciendo una gran labor, mostrando pericia e ingenio a partes iguales. Aunque ahora esté sonando algo menos, el Barça todavía no descarta el fichaje de Morata. Para ello lógicamente deberá llegar a un acuerdo con la Juventus y valorar la posibilidad de poder inscribir al delantero madrileño.

Al estar el Barça en su límite salarial, sólo podría inscribir al delantero internacional español generando ahorros. Cabe recordar que para la inscripción de Ferran hizo falta la salida de Coutinho, la salida de Demir y la rebaja salarial de Umtiti. Posiblemente estos movimientos han dejado algo de excedente que poder usar, pero parece difícil que sólo con eso diera también para Morata.

Por ello de nuevo tendríamos que ver qué ahorros harían falta para lograr tal objetivo. Uno de los nombres que pueden saltar a la palestra es el de Memphis Depay. El holandés está yendo de más a menos en esta temporada y la llegada de Morata podría dejarle sin mucho sitio. Dado que es un jugador con sólo año y medio de contrato más y que puede ser demandado por el mercado.

Un trueque Morata – Memphis

Quizás un intercambio Morata – Memphis con la Juventus podría empezar a solucionar este asunto. También la salida del pujante Luuk de Jong generaría el ahorro de su salario o la venta de Dest. Cabe destacar que si algo ha demostrado Alemany es imaginación. No descartemos una renovación a última hora de Dembélé que baje su coste en la masa salarial o alguna salida inesperada como la del propio Umtiti.

En cualquier caso, parece evidente que los tiempos de exceso ya terminaron en Barcelona y que ahora todo se mide muchísimo. Veremos cuánto dura esta contención responsable, si nace del convencimiento o si sólo es transitoria y vuelven los excesos cuando la economía importe menos.