Inter Movistar asciende al cielo en Europa
Dos años después de uno de los grandes mazazos sufridos en su historia en Europa, Inter Movistar confirmó su ascenso definitivo al cielo del continente. Al cielo desde el que les vigila, cuida y anima Cecilio Rodríguez, la gran motivación de un grupo para la historia del fútbol sala. El conjunto madrileño se proclamó campeón de Europa por segundo año consecutivo tras derrotar al Sporting de Lisboa por 2-5 en un encuentro trepidante y en el que Ricardinho, Ortiz y compañía demostraron porqué son los mejores del mundo.
La final se presentaba con novedades importantes en ambos equipos. Inter recuperaba a uno de sus pilares, Rafael Rato, ausente en las semifinales por un proceso febril del que estaba semirecuperado y listo para la batalla. El Sporting, por su parte, apostaba por el juego de pies y la personalidad de André Sousa en portería en detrimento de Marçao.
El meta portugués debía ser puesto a prueba, y en la primera no fracasó porque el chut de Gadeia salió de su pie para subir directamente el 1-0 en el luminoso. Un disparo immparable tras recorte de uno de los grandes goleadores del mundo del futsal, que adelantaba a Inter y hacía bajar la cabeza a Sporting con sólo tres minutos disputados.
Los fantasmas del 0-7 de la pasada edición sobrevolaban el banquillo lisboeta sólo un minuto después del tanto que abrió el marcador, cuando Ricardinho hacía la segunda de las suyas –había asistido a Gadeia anteriormente– con un chut que salía repelido como un obús del larguero. Al Sporting se le había aparecido la virgen y debía reaccionar. Tardaron varios minutos en llegar al Príncipe Felipe pero, de la mano de Merlim, su mejor jugador, se hicieron con algo de protagonismo hasta el 1-1, obra de Cavinato, que empujó un servicio del italobrasileño.
Inter veía como la ventaja desaparecía por un momento, e incluso con motivos para quejarse, pues un penalti no señalado sobre Solano hacía clamar a los suplentes del cuadro madrileño. Por suerte apareció también su estrella, Ricardinho, que además es mejor que cualquiera de las estrellas de los otros equipos y que todo jugador que podamos encontrar en Europa. Único e irrepetible el de Gondomar, al igual que su zarpazo con la zurda ante el que nada podía hacer Sousa.
Indiscutible bicampeón
Lo celebró con efusividad Ricardo por la belleza, pero sobre todo el momento del gol, que además ejerció de preludio del 1-3, también de bellísima factura y obra de Elisandro, la roca del equipo, un ex del Benfica extramotivado frente al que fue la temporada pasada su eterno rival. Subió de nuevo Sporting antes del descanso, pero si no paraba Jesús Herrero aparecía Ricardinho, listo para ayudar en defensa y sacar bajo palos un gol cantado. Abajo, también es uno de los mejores del mundo.
A la salida de vestuarios, un pasito más. El 1-4 llegaba en una acción de contra de Rafael, que batía a Marçao, quien recibía la alternativa después de quedarse en el banco en la primera mitad. Obligados por el marcador, Sporting pasó a dominar el juego, pero se encontró con el verdadero factor diferencial de Inter en los partidos importantes, una intensidad defensiva propia de un campeonísimo, y que provocó el fracaso de cualquier acercamiento de los blanquiverdes.
El percance de Jesús Herrero, lesionado, no mermó la mentalidad ultraganadora de los jugadores de Inter, que continuaron haciendo funcionar la maquinaria e incluso pudieron ampliar la renta por mediación de Solano y Daniel, dos teóricos secundarios de auténtico lujo para Velasco. La entrada del portero jugador representó un intento a la desesperada de voltear el luminoso, pero de nuevo Inter, como en casi todo, tiene una de las mejores defensas ante ataque de cinco de todo el mundo. Se iba a sufrir y el 2-4, tras una gran acción colectiva, lo confirmaba.
Había que tener el balón y esperar a que el genio frotara la lámpara por última vez. Lo iba a hacer, seguro, y sorprendió a todos. Un disparo desde su propio área con el portero algo adelantado golpeó en el palo, quedándose a un suspiro de representar el gol del torneo, pero levantando de sus asientos, por enésima ocasión a los asistentes al Príncipe Felipe. Simplemente Ricardinho, uno de los grandes nombres del deporte mundial.
Entrados ya en el último minuto, Pola puso sin portero el 2-5 definitivo que desató los abrazos y cánticos en el banquillo de la máquina verde, cinco veces campeona de Europa y segunda, tras Playas de Castellón, en ganar dos títulos de forma consecutiva. Eterno Inter Movistar.