Hansi Flick, el entrenador que ha dado un giro de 180 grados al Barça
Flick ha devuelto la ilusión a la afición culé y ha dejado en evidencia las carencias que tenía el equipo con Xavi
El club azulgrana celebra una campaña que roza la perfección al ganar la Liga, la Copa y la Supercopa de España
Flick tras ganar la Liga: «Hemos demostrado ser un equipo por encima de individualidades»


Cuando Hansi Flick aterrizó el pasado verano en Barcelona, pocos imaginaban que el técnico alemán lograría transformar un equipo en reconstrucción en una máquina ganadora en tan solo una temporada. Hoy, menos de un año después, el club azulgrana celebra una campaña que roza la perfección: campeones de Liga, Copa del Rey y Supercopa de España, además de alcanzar unas semifinales de Champions que devolvieron al club a la élite europea.
Este giro de 180 grados no solo ha devuelto la ilusión a la afición culé, sino que ha dejado en evidencia las carencias del ciclo anterior dirigido por Xavi Hernández. Y es que el ex jugador blaugrana, leyenda del club y artífice del campeonato liguero en la 2022/2023, vivió una temporada 2023/2024 marcada por la irregularidad, los problemas internos y la falta de una identidad clara de juego.
El contraste entre ambos cursos es más que evidente. Bajo el mando de Xavi, el equipo terminó segundo en la Liga, a 10 puntos del Real Madrid, fue eliminado en cuartos de Copa por el Athletic y sufrió una dura eliminación también en cuartos de la Liga de Campeones ante el PSG. El estilo de juego, aunque basado en la posesión, carecía de contundencia y verticalidad, y la plantilla parecía haber perdido confianza.
Con la llegada de Flick, el discurso y la filosofía cambió desde el primer día. El alemán, conocido por su enfoque ofensivo, presión alta y transiciones rápidas, implementó un sistema mucho más dinámico, aprovechando al máximo la juventud de jugadores como Gavi, Lamine Yamal y Pedri, combinados con la experiencia de Lewandowski y Ter Stegen. El resultado fue un Barça mucho más agresivo, letal y compacto, capaz de competir con cualquiera en Europa.
Tres títulos y casi una final de Champions
Esta temporada quedará grabada en la historia reciente del club. La Liga fue conquistada con autoridad, con un récord de 85 puntos, siete por encima del Real Madrid, gracias a una racha de 27 partidos a falta de dos jornadas para el final del campeonato. En la Copa del Rey, el equipo de Flick mostró temple y jerarquía, imponiéndose al Real Madrid en la segunda parte de la prórroga en la final que se disputó en La Cartuja de Sevilla.
La Supercopa de España, disputada en Arabia Saudí, fue la primera señal de que algo importante se estaba gestando: una victoria contundente por 2-5 frente al Real Madrid en la final dejó clara la diferencia de nivel entre ambos conjuntos.
En Europa, el Barcelona volvió a las semifinales de la Champions por primera vez desde 2019. Aunque fueron eliminados por el Inter de Milán tras una espectacular eliminatoria, el equipo mostró una competitividad y madurez que hacía tiempo no se veían en Can Barça.
La revolución de Flick
La clave del éxito de Flick no solo radica en el estilo de juego. Su gestión del vestuario, su capacidad para rotar sin perder competitividad y su apuesta firme por los jóvenes talentos han sido elementos fundamentales. Bajo su dirección, Lamine ha explotado como una de las grandes promesas del fútbol mundial, especialmente en el último tramo de la temporada.
El alemán también ha sabido potenciar a jugadores que parecían estancados. Frenkie de Jong ha protagonizado su mejor temporada desde que llegó al club, y Jules Koundé, reconvertido en lateral con más libertad ofensiva, ha sido uno de los pilares defensivos.
Comparación con Xavi
Si bien Xavi fue el encargado de estabilizar el barco tras años de crisis institucional, su modelo terminó por estancarse. Su Barça se mostraba plano ante rivales cerrados y vulnerable en partidos grandes. Con Flick, el equipo ha ganado en verticalidad, físico y sobre todo, en mentalidad competitiva.
En declaraciones recientes, el presidente Joan Laporta reconoció que «la llegada de Flick ha sido una bendición para el proyecto deportivo». El técnico germano, por su parte, se mostró prudente: «Hemos dado un gran paso, pero esto solo es el principio. El Barcelona debe volver a dominar Europa».
Con una plantilla joven, un entrenador consolidado y una directiva que parece haber aprendido de errores pasados, el Barça mira al futuro con optimismo. La temporada de Flick ha devuelto al club a donde pertenece: en la cima del fútbol español y entre los grandes de Europa.
El reto ahora será mantener este nivel, reforzar posiciones clave y seguir compitiendo al más alto nivel. Si algo ha quedado claro esta temporada es que, con Flick al mando, el Barça vuelve a soñar en grande.
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