Hamilton honra a Lauda en Mónaco y Sainz brilla con una sexta posición
Hamilton consolidó su liderato en el Mundial tras vencer en Mónaco y lograr la cuarta victoria del año. Sainz fue sexto.
Hamilton honró a Niki Lauda en Mónaco. El inglés volvió a dar una lección de pilotaje resistiendo hasta el final las embestidas de Verstappen en una carrera en la que le hizo el mejor homenaje posible al legendario piloto fallecido el pasado lunes. Vettel y Bottas completaron el podio y Carlos Sainz finalizó una sobresaliente sexta posición.
Porque Hamilton tenía una cuenta pendiente: ganar por Niki Lauda. Ese era su estímulo. Con cinco títulos en el bolsillo, casi 100 circuitos conquistados y con una mar de millones en la cuenta corriente, no había más motivación para el inglés en Mónaco que la de ganar para hacer el mejor homenaje posible para el hombre que fue clave para que fichara por Mercedes hace seis años y medio. El resto de la historia la sabemos: cuatro títulos con la escudería germana y su posterior entrada en el olimpo. Todo ello gracias a que Lauda dio un golpe sobre la mesa e ‘impuso’ el fichaje del británico como relevo de Michael Schumacher.
Y eso Hamilton lo ha tenido en la mente desde que el pasado 21 de mayo se anunciara la muerte de su gran valedor. No acudió a la rueda de prensa previa al Gran Premio en sinónimo de duelo por la pérdida de Lauda y centró todos sus esfuerzos en ser el más rápido en la jornada del sábado. Lo fue. Y por todos es sabido que desde 2002 el que firma la pole acaba subiéndose a lo más alto del cajón en el carismático circuito de Mónaco.
Así que su estrategia era clara, tirar hasta ver el primero la bandera a cuadros. Solo le podía frenar la lluvia, algún infortunio de la carrera, o algún error mecánico o manual, algo que hablando de Mercedes y Hamilton pasa como el cometa Halley. Pasadas 10 vueltas, Leclerc, no podía ser otro, le puso algo de salseo a la carrera después de pinchar en una entrada a curva y eso provocó otro pinchazo de Bottas que cayó hasta la cuarta plaza. A todo ello, la primera plaza de Hamilton seguía impoluta y Carlos Sainz esperaba la lluvia en una extraordinaria sexta posición.
Hamilton resiste de forma milagrosa
Todas las vueltas hasta el desenlace final se movieron por la monotonía pero con las presencia de que algún infortunio le pudiera ocurrir a Hamilton. Más que nada por los mensajes que llegaban a su radio que no auguraban nada bueno. Parecían que los problemas del inglés eran humo pero había una obviedad: sus neumáticos delanteros estaban sufriendo mucho y Verstappen era una amenaza muy real (a pesar de que tenía una sanción de cinco segundos) y también Vettel, que lo veía todo desde la tercera posición. Peligraba la carrera del campeón y él lo decía bien claro a través de la radio: «No puedo aguantar».
Pero finalmente aguantó y pudo hacer el mejor homenaje posible a Niki Lauda. Parecía que no lo iba a poder hacer, pero lo hizo, a pesar de que Verstappen le tocó a falta de dos vueltas. Hamilton volvió a imponer su ley en el día más importante para él y reinó en Mónaco. Sainz fue sexto. Hubo pocos adelantamientos, pero fue un carrerón. En el Principado siempre pasan cosas.