Polémica en torno a la medida de seguridad

El Halo, de todos los colores y con mucha polémica

El nuevo Force India con el Halo rosa
El nuevo Force India con el Halo rosa

«El Halo es espantoso, si me dieran una motosierra lo quitaría». Toto Wolff, jefe de Mercedes, reabrió una herida cerrada, un debate que parecía acabado… hasta que llegaron las presentaciones. Su aparición física en los monoplazas remueven a cualquier amante de la estética, de la proporción… pero no a la FIA. La seguridad por encima de todo.

Un trozo de carbono que, como el Mar Rojo, se divide en dos corrientes: los que sí y los que no. En el día de su estreno, cada escudería ha intentado camuflarlo como ha podido… aunque alguno se ha gustado, como es el caso de Force India en su VJM11: lo han pintado de rosa. Una temeridad óptica para acondicionar tal apéndice.

Más aterradoras han sido las pruebas de fuerza que ha tenido que soportar el Halo para estar ahora molestando en cada F1. Para que se hagan una idea, las fuerzas con las que debe lidiar son equivalentes a, en palabras de James Allison, director técnico de Mercedes, un autobús londinense de dos pisos en la parte superior de un automóvil. Una locura.

El problema adicional que presenta, y esta vez desde un punto de vista funcional, es que ha supuesto un esfuerzo extra para lograr el balance adecuado de cada monoplaza del 2018. Su introducción supone un extra de 10 kilogramos y, además, ha sido necesario reforzar cada cockpit  para pasar los crash test de la FIA.

También existe una corriente mucho más etérea: ni fu ni fa. Lewis Hamilton, crítico en el pasado, ha suavizado su discurso y Bottas dice que ni lo nota. Fernando Alonso, por su parte, opta por matar a la estética y priorizar la seguridad: «No debería haber ningún debate porque la seguridad es la prioridad. De momento, creo que es un elemento que protege la cabeza de los pilotos y es bienvenido». El juego de colores seguirá… y el de detractores también. Qué empiece la fiesta.

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