Escándalo arbitral en Barcelona

La Federación decide personarse en la causa contra Negreira como «afectada»

Caso Negreira
Luis Rubiales.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

La Federación Española de Fútbol ha decidido personarse en la causa abierta contra el ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros José María Enríquez Negreira. Tras abrir en la tarde del miércoles «un requerimiento de información reservada tanto a los responsables del CTA como del FC Barcelona», tal y como informó la entidad en un comunicado, Luis Rubiales se ha decantado por personarse en la investigación que indaga en los cobros de la empresa Dasnil 95 SL. La sociedad se embolsó 1,6 millones de euros sumados entre los ejercicios que comprenden 2016 y 2018 provenientes del Barcelona.

Hay que recordar que dicha empresa estaba gestionada como administrador único por José María Enríquez Negreira incurriendo en un claro conflicto de intereses con su cargo como vicepresidente del CTA durante 24 años. Según describen fuentes cercanas al ex árbitro, se trataba de una persona parca en palabras que se dedicaba a comunicar los ascensos y descensos de los árbitros teniendo un enorme poder de influencia al ejercer como portavoz oficial dentro del organismo.

Enríquez Negreira realizó estas labores durante dos décadas, años en los que, aseguran, dividía a los árbitros de Primera División en tres grupos. «Si estabas en el primero estabas salvado y no tenías ningún problema, el segundo era que lo hacías normal y el tercero era que te decían directamente que podías bajar a Segunda División con la consiguiente rebaja de sueldo», asegura un colegiado que estuvo a sus órdenes y que prefiere no revelar su nombre.

La Federación Española de Fútbol decidió relegar al equipo de Victoriano Sánchez Arminio en el CTA a mediados de 2018, cuando Luis Rubiales salió como nuevo presidente de la institución, destituyendo a su vez a Enríquez Negreira de sus funciones. El ex colegiado, que realizaba informes verbales sobre árbitros para el Barcelona, dejó de cobrar sus emolumentos una vez que perdió su peso en la Federación.

Delito fuera del ámbito deportivo

Ahora el organismo presidido por Luis Rubiales quiere esclarecer unos hechos que ponen en tela de juicio la integridad y la limpieza del fútbol español al tratarse de un comportamiento reprochablemente ético. Pese a que según la renovada Ley del Deporte estos hechos no pueden sancionarse al haber transcurrido más de tres años desde que sucedieron, sí se puede investigar a través del delito tipificado como corrupción deportiva.

«El delito de fraude deportivo o corrupción deportiva se comete cuando, alguien perteneciente o relacionado muy estrechamente con una empresa o sociedad deportiva recibe, solicita o acepta un beneficio no justificado a cambio de favorecer a otro en la adquisición o venta de mercancías o servicios. Suele consistir en el soborno de un deportista o directivo de entidad deportiva para alterar el resultado de un encuentro o competición para obtener el beneficio personal o de su equipo», reza el artículo que se encuentra en el Código Penal en el artículo 286 bis.

Es evidente que Enríquez Negreira y el Barcelona mantuvieron una estrecha relación económica prolongada en el tiempo y que existe una base para que se pueda aplicar este artículo que podría cambiarlo todo. El club culé pagó durante muchísimo tiempo el favor de un dirigente que tuvo una gran ascendencia sobre los colegiados del fútbol español. La Federación espera depurar responsabilidades de una época pasada.

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