Esta vez al Atlético sí le alcanza con el corazón
Julián Álvarez revive al Atlético con un triplete que le devuelve a su mejor versión
A los rojiblancos les vale con el empuje final, pero Simeone todavía tiene trabajo

Amagó el Atlético con seguir instalado en aquello de si algo puede salir mal, saldrá mal y que a perro flaco todo se vuelven pulgas. En el dicho que quieran, uno u otro. Porque Pep Chavarría había marcado el gol de su vida cuando el Rayo no se había acercado hasta ese momento a la portería de Oblak. Porque Álvaro García había adelantado a los vallecanos… Argumentos de sobra para derribar a un Atlético cuya estabilidad esta temporada es propia de un flan.
El silencio reinaba en un Metropolitano que preparaba sus pulmones, cargados de razones, para la pitada del final de partido. Su equipo no había dominado ningún área, ergo, ninguna fase del partido. Tenía que subir un Everest infinito para marcar un gol y apenas necesitaba medio bofetón para encajar uno. El día a día de este Atlético, instalado en una falta de confianza mastodóntica y en un frustrante quiero y no puedo. Pero claro, al Atlético siempre hay que esperarlo.
Su idiosincracia obliga a ello. Derrochan corazón, ya saben. Y eso, cuando el juego escasea, es mucho. Permite revertir partidos en los que todo sale cruz. Y al Atlético, que le ha salido muchas veces ese lado de la moneda, le terminó saliendo cara por aglomeración y por empuje. Porque todo lo que podía salir mal salió mal, pero mostraron tanta testarudez, que salió cara. Julián Álvarez se desquitó se sus renegaciones y revivió con un triplete a un Atlético que a falta de juego mantiene el pulso con el corazón del argentino.
Le metió corazón el equipo de Simeone. Rugió el Metropolitano. Y, con su equipo cayendo 1-2, comenzó a gestarse caldo de cultivo de remontada. Una de esas que empiezan los aficionados en la grada y la humanizan los jugadores sobre el terreno de juego. Que si una falta no pitada, que ni una tangana entre futbolistas, que si una ocasión fallada… Intangibles que encienden. Y base de corazón y empuje, el muro cayó. Ya saben lo saben en Metropolitano, nunca hay que dejar de creer. Hasta que llegue el juego al Atlético le vale el corazón, pero el fútbol no premia siempre las arritmias. Simeone tiene trabajo.
Llorente lo es todo
Todo pasa muy rápido para Llorente. De pronto defiende como ataca, se mete al medio, rompe líneas en carrera… Juega en todas las posiciones y en todas cumple con nota. Muerde atrás y arriba y entre medias agita a su equipo. Es el desfibrilador del Atlético. Asistió a Julián Álvarez en su primer gol y siguió haciendo sangre por el costado. Por algo acumula 25 partidos consecutivos completos, a ver quien le cambia.
Al fin el Atlético cambia el signo
Se han adelantado los rojiblancos en todas las jornadas y habían perdonado la sentencia en todas ellas. Espanyol, Alavés, Mallorca… Demasiadas ocasiones desperdiciadas que acabaron en condena porque no ganaron ninguno de los tres partidos citados. La falta de contundencia les aniquiló. Tuvieron que sentirse a remolque para reencontrarse con la efectividad. Golpeó el Rayo por segunda vez y de inmediato respondió Julián por partida doble. Moral para lo que viene, que no es poco.
Las notas del Atlético
- Oblak: 4
- Nahuel Molina: 6
- Le Normand: 5
- Hancko: 6
- Galán: 6
- Llorente: 8
- Koke: 5
- Barrios: 5
- Gallagher: 4
- Griezmann: 5
- Julián Álvarez: 9
- Nico: 6
- Giuliano: 7
- Raspadori: 5
- Pubill: 5
- Ruggeri: 5
- Cholo Simeone: 6