España es la terapia de Morata
Morata encuentra su refugio con la selección española
El capitán sólo es plenamente feliz en la familia de España
La desgarradora confesión de Álvaro Morata: «Me tenía que ir de España porque…»
Morata sólo es feliz con España. En concreto, con la familia que ha nacido con Luis de la Fuente como padre de todos dentro de ese vestuario. Porque ni siquiera se siente completo jugando en territorio nacional, donde ha tenido que vivir episodios difícilmente explicables. Pocas veces se ha visto a la afición española increpar a un jugador de la Selección, como ha sucedido con el capitán en diferentes ocasiones. La última, en el mes de marzo en el estadio Santiago Bernabéu durante la celebración del España-Brasil. Pero también sucedió en el Metropolitano o en La Cartuja.
Por todo esto, Morata ha encontrado su lugar en el mundo en el ecosistema que rodea a la selección española. Dentro de las paredes de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas se siente feliz. El delantero del Milan puede estar mejor o peor anímicamente, pero con sus compañeros es otra persona. Es en el único escenario donde se siente bien, donde sólo piensa en fútbol y donde es capaz de sonreír.
Morata actualmente no atraviesa su mejor momento anímico a nivel personal. La separación y la distancia con sus hijos le han afectado, pero en España encuentro su refugio donde todo está bien. Su pequeña cueva de felicidad. Aquí es el capitán, el jefe, pero sobre todo es un chico feliz que puede disfrutar de lo que mejor saber hacer, que no es otra cosa que jugar a la pelota.
Cuando tocó fondo
El 16 de abril de 2024, el Borussia Dortmund apeó al Atlético de Madrid de los cuartos de final de la Champions. Morata, que falló un mano a mano en la primera mitad, fue cambiado al descanso por Simeone. Lo que vino después fue una cuesta abajo sin frenos donde necesitó ayuda médica para salir adelante.
«Me apoyé en gente que había vivido lo mismo, como Bojan. Tres meses antes de la Eurocopa me parecía imposible. Estaba pensando en si podría volver a jugar un partido, no sabía lo que me pasaba. Es un momento en el que lo que más te gusta es lo que más odias. Me daba vergüenza estar con mis hijos y salir a la calle. Cada vez que salía con ellos siempre tenía algún episodio, a veces sin maldad, con la gente sobre algo que había pasado en partidos anteriores. Y, al final, ellos tampoco querían ir a la compra, cosas que hace un padre normal con sus hijos. Llegó un momento en el que me decían tantas cosas ante ellos que me daba vergüenza estar con ellos. Yo era una broma fácil, una broma para hacer reír al que tienes al lado», aseguró recientemente en la Cope.
Morata hizo las maletas y cambio de aires. Se fue a Milán, donde ha empezado una nueva vida. Quién sabe si esta será su última aventura, pero donde seguro que hará es buscar una estabilidad que necesita para disfrutar plenamente del fútbol.