El PP abre expediente informativo a Cardenal, que podría seguir los pasos de dos altos cargos y dimitir

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Cardenal acompaña a su jefe Méndez de Vigo, al que a día de hoy tiene muy descontento.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Miguel Cardenal ya está manchado por lo que queda de gobierno en funciones. La querella por prevaricación presentada por Ángel María Villar, presidente de la RFEF, contra el secretario de Estado para el Deporte ha sido aceptada en menos de una semana al existir claros indicios contra el máximo dirigente del deporte español. El afán de Cardenal por controlar y ajusticiar a los mandatarios federativos le ha jugado una mala pasada. Ahora, su propia organización, el Partido Popular, le ha abierto un expediente informativo por su imputación.

Hay sospechas de que Cardenal prevaricó en el proceso en el que llevó el caso Recreativo ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). El secretario de Estado para el Deporte únicamente señaló como culpables al presidente Ángel María Villar y al vicepresidente Juan Padrón, cuando el propio Cardenal en un escrito remitido a la RFEF admitía la presencia del Secretario General Jorge Pérez –el candidato de Cardenal y Tebas a presidente de la RFEF– en la trama. La documentación presentada por el despacho de abogados penalistas Peláez expresa esta circunstancia. ¿Por qué ellos están acusados de beneficiar al Recreativo de Huelva y perjudicar a terceros y no Jorge Pérez?

Otra pata sobre la que se sostiene la denuncia de Villar es el cómo llegó el caso a manos del Tribunal Administrativo del Deporte. Cardenal se saltó a la Comisión Directiva del CSD –es la que en el 95% de las ocasiones tramita los casos al TAD– y lo pasó directamente al máximo organismo de justicia del deporte español con dos objetivos: que le diesen la razón, como en todos los casos juzgados anteriormente, y que Villar quedase inhabilitado cautelarmente y no pudiese apelar.

A Cardenal le ha salido el tiro por la culata. El TAD no se ha plegado a sus deseos como en otras ocasiones por el temor a la querella de Villar. El presidente de la RFEF la hizo efectiva este pasado viernes y el TAD respondió pidiendo más información al CSD sobre el caso. El asunto se puede alargar varias semanas.

Dos dimisiones y unos estatutos a los que agarrarse

En el Partido Popular, desde que está en funciones en el Gobierno, se han producido dos dimisiones de altos cargos por estar relacionados con escándalos de corrupción. Federico Ramos, ex subsecretario de Presidencia, está manchado en el marco del Caso Acuamed por la presunta adjudicación fraudulenta de contratos públicos inflados para obras hídricas y medioambientales entre 2007 y 2014. Su dimisión se produjo el 22 de enero de 2016 y lo hizo «para defender su honorabilidad y el estricto cumplimiento de la legalidad». Cardenal, como catedrático en derecho laboral, debería tomar nota.

Pocos días después de esta salida, Juan Van-Halen Rodríguez, ex director general de Arquitectura y Vivienda en el Ministerio de Fomento, dejó su cargo por su implicación en la venta de 2.932 viviendas del Ivima al fondo de inversión Azora-Goldman Sachs en un caso donde se le acusó de presunta prevaricación y malversación de fondos.

Cardenal, sin embargo, apela a los Estatutos del Partido Popular para mantener la calma. En el artículo 18, epígrafe 8, sección a), se especifican las acciones a realizar en su imputación: «Desde el momento en que se tenga conocimiento de la existencia de una imputación judicial a un afiliado se procederá a la apertura de un expediente informativo, el cual se transformará en un expediente disciplinario en el momento en el que se produzca el señalamiento del juicio oral del procedimiento judicial correspondiente. La resolución de dicho expediente disciplinario tendrá lugar cuando se dicte sentencia o, en su caso, auto de sobreseimiento que ponga fin al procedimiento judicial».

En el TAD han recibido con alivio que se admita a trámite la querella. “Se lo tiene merecido porque se la había buscado”, comenta un miembro del Tribunal. El TAD ha sufrido muchas presiones en las últimas semanas para que resolviese en contra de Villar. Ahora esta situación ha supuesto un respiro para muchos y arrinconado a un Cardenal que no encuentra una escapatoria más allá de resistir.

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