«Hemos jugado con dos huevos y competiremos, si nos dejan»
Una semana después de lo vivido en San Sebastián de los Reyes, el Castilla volvió a ser víctima de un nefasto arbitraje que no le permitió lograr la victoria ante el Navalcarnero en el estadio Alfredo di Stéfano. Los blancos se quedaron con nueve jugadores ante los rojiblancos gracias a una actuación muy desafortunada de Pedro Sureda Cuenca, árbitro del encuentro.
En la primera mitad Aleix Febas, uno de los hombres más castigados por la patadas de la categoría, fue expulsado tras un choque fortuito con un rival. Pudo ser falta del catalán, pero en ningún momento debió ver la cartulina roja. Además, antes de que el impacto llegase, el de Lleida recibió dos agarrones y una zancadilla. Sureda Cuenca escribió en el acta lo siguiente: «Febas Perez, Aleix fue expulsado por el siguiente motivo: Realizar un entrada con los tacos con el uso de fuerza excesiva y en disputa del balón, impactando en la tibia de un adversario a ras de suelo, con el balón en juego. Siendo atendido y pudiendo continuar en el partido». Prueba de que el árbitro reflejó en el acta que durante el partido tenía una percepción de la realidad un tanto distorsionada. El centrocampista abandonó la zona mixta muy caliente, normal.
Después, en el minuto 10 de la segunda mitad, el Castilla se quedó con nueve hombres tras una falta de Cobo merecedora de amarilla, ya que el cordobés llegó tarde a la acción, aunque el juvenil tuvo que retirarse al vestuario por ver otra amonestación en el primer acto por una mano totalmente involuntaria.
Pero esto no fue todo lo que tuvo que sufrir el filial madridista gracias a la lamentable actuación del colegiado balear. El gol que propició el empate del Navalcarnero vino precedido de una falta que se tendría que haber señalado a favor del Real Madrid. Si fuera poco, Ignacio Buil, delantero del Navalcarnero, repitió la entrada de Febas sobre Carlos Abad, aunque en esta ocasión el trencilla sólo mostró amarilla al entender que el atacante realizó «una entrada de manera temeraria, en la disputa del balón». Raro, cuanto menos
Durante todo el choque permitió que la escuadra visitante se empleara con dureza sin permitir el mismo rasero para el filial blanco. Ni el propio Santiago Solari se libró de él, ya que el entrenador vio amarilla por protestar ante el ninguneo vivido. Después, en rueda de prensa, Solari se mordió la lengua, aunque si dejó algún recado: «Lo vivido hoy nos sirve para todo. Es mejor crecer en la diversidad. Estoy muy orgulloso del equipo. Hemos jugado 70 minutos con un jugador menos y después casi otros 45 con dos futbolistas menos y lo peleamos. Jugaron con dos huevos nuestros jugadores y eso me encanta. Luego es un equipo muy joven, que está en desarrollo y será mejor la temporada que viene que esta. El objetivo es tener un Mariano dentro de dos temporadas. Ahora vamos a competir, si nos dejan, y con nuestra juventud y las carencias que tenemos, ojalá tuviéramos a Mariano y Mayoral de vuelta, pero no lo tenemos. Estoy muy orgulloso de ellos».
Un árbitro reincidente
No es la primera vez que Sureda Cuenca se las gasta de esta forma tan peculiar en el estadio Alfredo di Stéfano. En un clásico de filiares disputado en el año 2013, el colegiado mallorquín dejó con nueve hombres al Castilla por dos acciones en las que el árbitro se volvió a equivocar. Aguza, por desplazar el esférico, y José Rodríguez por un leve agarrarón vieron dos segundas amarillas que dejaron lastrado al filial para la siguiente jornada.